Los números están en rojo, pero esta vez por una buena razón: las cifras de la Comisión Nacional de Seguridad de Tránsito (Conaset) demuestran que las distintas leyes y medidas instauradas en la última década para disminuir la tasa de accidentes y de fallecidos en accidentes viales, han logrado su objetivo.
15% ha disminuido la tasa de siniestros viales totales en la última década.
20% han caído los accidentes durante los fines de semana en igual período.
50% bajó la cantidad de fallecidos en accidentes de tránsito entre 2005 y 2015.
58% se contrajo la tasa de fallecimientos para los días sábados y domingos en los mismos años.
12% cayeron los siniestros de tránsito que involucran alcohol en diez años.
64% se redujo la tasa de fallecidos en accidentes viales por alcohol en el mismo lapso.
Y todas estas cifras, aun considerando que el parque vehicular en Chile se ha más que duplicado en la misma cantidad de años, pasando de poco más de 2,3 millones de vehículos a más de 4,7 millones en el país.
“Los chilenos estamos acostumbrados a adoptar conductas preventivas bajo presiones, más aún si son legalmente impuestas. Claramente las nuevas regulaciones que hoy existen y los compromisos que Chile como país asume, son intervenciones que mejoran la seguridad vial y que son efectivas para reducir el número de víctimas mortales en nuestras calles y carreteras”, comenta la académica de Ingeniería en Prevención de Riesgos y Medioambiente de la Universidad San Sebastián, Fabiola Olivares, ad portas de un nuevo fin de semana extendido.
A juicio de la experta, para que estos números se mantengan a la baja se deben utilizar nuevos sistemas de fiscalización, aplicando herramientas tecnológicas. “La efectividad radica en el cumplimiento de estas regulaciones mediante fiscalizaciones, que deben ser modificadas a través de sistemas tecnológicos que permitan el control más objetivo y menos permisivo frente a situaciones excepcionales”, dice.
La Organización Mundial de la Salud (OMS), en el Informe Sobre la Situación Mundial de la Seguridad Vial 2015, realizó un análisis respecto de la accidentabilidad, revelando que las tasas de mortalidad por accidentes de tránsito de los países de ingresos bajos y medios ascienden a más del doble de las registradas en los países de ingresos altos. “La relación no está exclusivamente en manos del número de regulaciones existentes, sino en la forma de aplicarlas. Es recomendable sensibilizar permanentemente a la población con intensas campañas que impacten de manera positiva en cambios conductuales, así como también en el modo de fiscalizarlas”, afirma Olivares.
“Hoy si bien hemos avanzado como país, las regulaciones son aún escasas y débiles en ciertos sectores como para los motociclistas, ciclistas y peatones, elementos notables al momento de evidenciar causas de accidentabilidad vial”, sentencia.