Es constante la búsqueda de cómo seguir creciendo y avanzando en materia de género en nuestro país, pero hay un aspecto que cobra cada vez mayor fuerza: la motivación de las mujeres por aprender y capacitarse en oficios o labores que siguen catalogándose o creyéndose idóneas para hombres. Esto responde a la superación, a la necesidad de autonomía, a la resolución de problemas y a la legítima decisión de dedicarse a lo que deseen. Es por eso que la Empresa Nacional del Petróleo (ENAP), junto a distintas instituciones, ha detectado necesidades y llevado adelante múltiples capacitaciones para mujeres, en oficios poco tradicionales para el género.
Según cuenta la coordinadora de Comunidades ENAP Aconcagua, Ema Cisternas, recientemente convocaron a un curso de gasfitería en Villa Concón con 18 plazas, de las cuales 16 fueron ocupadas por mujeres. Dice: “nos asombra que sean muchas mujeres las que tienen la inquietud y se plantean el desafío de aprender en cursos que suelen tildarse como para hombres”.
Agrega que demostraron mucho entusiasmo y dedicación en cada clase, “lo que refleja su interés por seguir desarrollándose en labores que les permitan aumentar sus ingresos al hogar”. Actualmente, están abiertas las inscripciones para una capacitación de técnicas de gasfitería e instalaciones sanitarias, que tendrá una duración 40 horas teórico-prácticas, orientadas a vecinas y vecinos de El Mirador de Concón; “hasta el momento se han inscrito más mujeres”, advierte Cisternas.
Una de las participantes del curso de gasfitería, Sara Silva (57), dice que en coordinación con la junta de vecinos Villa Concón coordinaron horarios flexibles, considerando que había varias interesadas en aprender de este oficio, incluyendo a adultas mayores.
El marido de Sara quedó ciego por una diabetes y ella pasó a ser el pilar de su hogar y debió aprender ciertas cosas para solucionar y no acudir necesariamente a servicios costosos y a veces deshonestos. Está contenta con la experiencia junto al grupo y revela que “muchas no teníamos idea lo que era soldar una cañería, ni nada básico. Para todas fue muy valioso aprender con tanta motivación y paciencia por parte de nuestro profesor; nadie se quedó sin poner en práctica la teoría y con artefactos concretos, tales como calefonts o termos eléctricos”. Además, confiesa que están expectantes de seguir con una certificación para poder tener un desempeño formal y generar ingresos.
Por su parte, el director de Comunidades de ENAP Bío Bío, Cristián Oyanedel, explica que “si bien acá se da un modelo mixto de convocatoria, “es destacable que algunos cursos han permitido que algunas mujeres formalicen su formación e incluso, hagan sus propios negocios, como es el caso de Kütral, emprendimiento que logró abrir una tienda de tejidos, joyería, hierbas medicinales, elementos decorativos y artesanías en el Mall Plaza Mirador Biobío. Esto, luego de que parte de las cinco mujeres que integran el negocio hicieran cursos con nosotros”.
Detalla que en octubre se hizo un curso de rescate con cuerdas en Talcahuano, donde nueve mujeres se inscribieron, de un total de 30. Actualmente, en Hualpén se ejecuta uno de alfabetización digital, donde 10 mujeres son las interesadas, de un total de 19; y se tiene programado otro de conducción para licencia clase B —vehículos motorizados del transporte particular o de carga— donde de 20 inscritos, 19 son mujeres. Ahora se gestiona uno de electricidad domiciliaria, de la mano del Servicio Nacional de Capacitación y Empleo (Sence).
En el área de Dirección de Almacenamiento y Oleoducto (DAO) y Supply Chain de ENAP, enfatizan en que “entendimos que, para atraer a mujeres a especializarse, tuvimos que poner foco en escapar de cursos tradicionales”. Así lo explica Ronald Delgado, encargado de Comunidades de DAO, quien destaca que “el mismo Sence nos refuerza que impartamos programas con oficios acorde al desarrollo de la industria”.
Desde esta dirección sacan adelante capacitaciones con el apoyo de organizaciones como las municipalidades de Molina y Chillán o del Servicio Nacional de la Mujer y la Equidad de Género (Sernameg), para apuntar a nóminas del programa “Mujeres jefas de hogar” y promover la autonomía económica; además, no se pierden cupos dada la colaboración de las Oficinas Municipales de Información Laboral (OMIL). El programa cuenta con dos líneas de trabajo: independiente, con 70 mujeres que tienen emprendimiento formal e informal; y dependiente, con 70 mujeres que esperan inserción o intermediación laboral. Este año, 140 mujeres han trabajado en talleres tales como habilitación laboral, nivelación de estudios y apresto laboral.
La ministra de la Mujer y Equidad de Género, Antonia Orellana, afirma que “tenemos la tarea de mejorar las cifras de empleo para las mujeres, y no hablamos sólo de cerrar brechas, hablamos de abordar todas las condicionantes que no permiten su plena incorporación, mantención y desarrollo. En este sentido, las empresas pueden cumplir un rol fundamental como dinamizadores del emprendimiento en la economía local y los territorios, y en poner en el centro a las mujeres como proveedoras de servicios y productos para el mercado laboral que se levanta en cada territorio”. “Como MMyEG estamos empujando una estrategia para la autonomía económica de las mujeres que pone de relieve los emprendimientos asociados a encadenamientos productivos en los territorios, aquello nos desafía a generar una nueva y fortalecida institucionalidad para acompañar a las empresas que hoy están dinamizando el trabajo de las mujeres”, agrega.
Escasez de profesionales: una oportunidad
En Magallanes detectaron una necesidad frente a la escasez de conductores profesionales en la zona y por ello, a fines de agosto presentaron con éxito un curso exclusivo para 20 mujeres de Punta Arenas que quisieran obtener su licencia A3; ésta les permite conducir taxis, vehículos de transporte escolar remunerado, ambulancias o vehículos de transporte público y privado. El jefe de la Unidad Comunidades de ENAP Magallanes, Alfonso Pacheco, cuenta que esta iniciativa de 210 horas se articuló en conjunto con las seremis de Trabajo y Transportes y que, dada su relevancia, fue lanzada junto al ministro de Transportes y Telecomunicaciones, Juan Carlos Muñoz.
Actualmente, se sigue ejecutando esta capacitación y “estamos en proceso de licitación de dos cursos de guardia de seguridad sólo para mujeres, pensado para 20 que sean de la capital regional y otras provenientes 20 de Puerto Natales”, adelanta, aclarando que “los estamos gestionando con la Fundación para la Promoción y Desarrollo de la Mujer (Prodemu) y pensando en fines de este año o bien para el 2023”.
Kathiuska Meza (32) es preparadora física de profesión y una de las mujeres que llegó a este curso de licencia A3. Cuenta que siempre está atenta a las capacitaciones y fondos de ENAP, por un círculo de co-crianza del que forma parte. “Desde que lo vi me pareció interesante, ya que se traduce en una oportunidad laboral, en una herramienta de trabajo. Sabía de la escasez de choferes en la zona y creo que lo versátil de las labores que se pueden realizar con esta licencia es clave, pues van desde el transporte público hasta el privado, furgones escolares, entre otros; de hecho, esperamos tener la opción de optar a la licencia A4, relacionada al transporte de carga”, sostiene. Destaca que todas las mujeres partícipes de la capacitación trabajan en distintos rubros y cree que es transversal la idea de entrar en un oficio que es permanentemente masculino, “de manera de romper el estereotipo y abrir puertas a quienes son amantes de la mecánica u otras temáticas, puesto que el curso aborda diversas materias como legislación, mecánica básica, psicología y prevención de riesgos”, argumenta.