El diputado RN, Andrés Celis Montt, aseguró que buscará la asistencia de la ministra de Salud, Ximena Aguilera, a la comisión respectiva en la Cámara, tras diversas situaciones ocurridas en la región de Valparaíso sobre las que a juicio del legislador, la titular de la cartera debe dar una respuesta.
“¡Basta ya! Ministra de Salud, usted va a ser invitada porque la Región de Valparaíso merece una explicación. Aquí hay una falta de gestión y despreocupación a nivel central que se replica en los servicios de la región”,manifestó Celis Montt, justo después de enumerar una serie de hechos que generan molestia respecto del funcionamiento de los servicios de salud en la región de Valparaíso, redes asistenciales y hospitales dependientes de estas.
«La salud en la región de Valparaíso ya no da para más. Tenemos a un director del servicio Valparaíso – San Antonio, interino, Cristián Gálvez, curiosamente muy cercano al partido comunista, que hoy día tiene una denuncia penal por falsificación de instrumento público. Y además, tiene una denuncia administrativa por maltrato laboral. A la vez tenemos a una directora del servicio de Salud Viña del Mar – Quillota que contrata de forma directa, sin concurso público, a la ex directora del área de salud de la Municipalidad de Santiago, imputada por la compra de la clínica Sierra Bella. A esta misma funcionaria, además, la Contraloría la sanciona por haber cobrado asignaciones que no le correspondían.” señaló el diputado Andrés Celis.
Agregó que «A mi me parece el colmo que estén convirtiendo en un nido de presuntos delincuentes o al menos infractores de la ley a los servicios de salud en la región. Son antecedentes gravísimos sobre los que voy a pedir una aclaración y también un pronunciamiento a la Ministra de Salud, porque es impresentable este tipo de personas a cargo de un servicio de salud, e incluso de un hospital, porque Gálvez a principio de julio fue ratificado por Alta Dirección Pública (ADP) como director del Hospital Del Salvador en Valparaíso, un recinto que merece al mejor profesional a la cabeza”.
El legislador, miembro de la comisión de Salud, criticó que «Tenemos el hospital de Quilpué, cuya farmacia tiene sus fármacos, sus insumos a la intemperie, que se dañan por lluvia. Hay otros con orina y fecas de ratones, además de medicamentos vencidos, deteriorados, con una suma superior a los 100 millones de pesos, que hay que botar por una mala gestión. Y nadie dice nada. Tenemos al hospital de Marga Marga, que está a punto de paralizarse, porque no se ha aprobado el reajuste por parte del Ministerio de Desarrollo Social.”
También se refirió a la situación del Hospital San José de Casablanca, comentando que «Me reuní con la directiva de la Asociación de Funcionarios FENATS del Hospital San José de Casablanca, quienes me comentaron muchas irregularidades, mala distribución de espacios, contrataciones directas y malos tratos con dirigentes de parte de la directora del Hospital San José de Casablanca, Andrea Didier. Conversamos también respecto a un hecho que no se ha esclarecido: la construcción del hospital no contempló el helipuerto prometido que podría haber sido fundamental para atender rápidamente los accidentes en carreteras. Han hecho más de 4000 observaciones y en más de una oportunidad han solicitado la renuncia de la directora, pero no han sido escuchados.”
Finalmente, Celis Montt hizo mención a la fallida construcción del SAR de Quebrada Verde, «que ha tenido dos intentos previos, y donde llama la atención que la actual administración insista en un trato directo con una empresa que ha sido recomendada por la comisión de análisis que preside un dirigente gremial, pero que salvo ese “mérito”, no cuenta con las condiciones mínimas que se requieren, como experiencia y capacidad financiera, al extremo, que el MINSAL pudo constatar que algunos de los documentos subidos a la plataforma de postulación estaban “en blanco” y por lo tanto, solo aparentaban cumplir el requisito. Es así que la licitación se declaró desierta, y se llamó a un nuevo proceso, pero esta vez ceñido a la legislación vigente y a las normas mínimas de probidad, lo que al parecer molestó sobre manera a quienes esperaban un trato directo, lo que hacía prever un nuevo despilfarro de recursos y la postergación -una vez más-, de la apropiada respuesta sanitaria a los vecinos de Quebrada Verde.”