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Un curso de e-waste, o basura tecnológica, aprobaron 19 personas privadas de libertad del Centro de Cumplimiento Penitenciario (CCP) de Los Andes. Esta nueva capacitación, a cargo de la OTEC Isolution Capacitación, les permitirá trabajar de forma independiente una vez que recobren la libertad.
El curso -que comprendía 120 horas pedagógicas y que permitirá que los internos puedan desempeñar, entre otras labores, la de armado y desarmado de computadores- llegó a su fin este jueves cuando se realizó la ceremonia de certificación en la unidad penal del Aconcagua.
La iniciativa responde a una política de reinserción laboral impulsada por Gendarmería y que cuenta con el apoyo de Sence y otras entidades públicas y privadas.
El jefe de la unidad andina, teniente coronel César Farías Donoso, destacó que como unidad han concentrado los esfuerzos en disponer de alternativas para capacitar a la población penal.
“En el CCP de Los Andes nos hemos preocupado de dar herramientas, cursos, talleres a la población penal para que, una vez egresados del establecimiento, no vuelvan al mismo mundo. Se ha visto una gran motivación, un gran interés, de la población penal aprovechando estas instancias. Todo en fin de una reinserción, un cambio en sus vidas y poder desarrollarse en lo personal y en lo familiar también”.
Por su parte el encargado de dictar las clases, Juan Pablo Ortega, detalló lo enseñado durante el curso impartido, de lunes a viernes, durante cerca de un mes.
“Se vieron distintos elementos, partiendo por lo que es una estructura básica de un computador, características, formas y funciones, instalación y carga de sistema operativo, reparación, mantenimiento y pasando por el proceso de lo que es el la parte de reciclaje, de qué forma podemos sacar partes y piezas para reutilizarlas”.
“Este curso los habilita a ellos para trabajar en una empresa de reciclaje, crear una empresa de reciclaje o trabajar en alguna empresa dedicada a la mantención, reparación o configuración de computadores”, agregó el profesor.
Manuel Jesús Moya fue uno de los 19 alumnos que este jueves recibió su certificado. El privado de libertad sostuvo que: “Cuando uno toma estos cursos, estos talleres, es para que el día de mañana podamos trabajar de manera independiente, podamos tener nuestra microempresa y darle vuelta la mano al destino. Esto es algo para que podamos comenzar a construir, a no cometer los errores, las cosas que pasaron en nuestras vidas y empezar a ser una mejor persona”.
Durante el segundo semestre se efectuarán una serie de iniciativas laborales en distintas unidades penales de la región, entre las que se encuentran: instalaciones eléctricas, masoterapia, barbería y manipulación de alimentos. Esto permitirá continuar capacitando a los privados de libertad de la región.
