Una mancha de plásticos flota actualmente en el Océano Pacífico, un verdadero continente artificial que está dañando la biosfera marina, una isla de materiales no biodegradables que no para de crecer y que en la actualidad posee una superficie que triplica el tamaño de Francia. “La forma en que gran parte de la humanidad desecha los plásticos es completamente ineficiente, gestionando un mínimo o directamente cero grados de reciclaje en algunas regiones. Nosotros pensamos que el plástico no solo es, sino que debe ser un aliado presente y futuro del progreso humano y que parte importante de una solución sustentable tiene que ver cómo re-integrarlos en las cadenas de valor industrial”, explica el Doctor Palza, quien es también parte del Laboratorio de Ingeniería de Polímeros de la Universidad de Chile.
Un Costanera Center de plástico
Chile produce y utiliza una gran cantidad de plásticos. Sus características y maleabilidad hacen que nuestra especie les hayan dado múltiples usos, desde tubos de pvc, materiales para envolver, films y un largo etcétera. “Hay un tipo de plástico del que poco se habla, uno que se encuentra mayoritariamente en los envases de yogurt y en el de los helados… me refiero al poliestireno (PS), un tipo de polímero muy resistente y de amplia versatilidad. Es diferente del polietileno, variedad que tiene un amplio historial de reciclaje. Nosotros quisimos enfocarnos en el PS, no solo porque era desafiante desde el punto de vista tecnológico y científico, sino porque cuando lo estudiamos multidisciplinariamente logramos grandes cosas”, añade el Doctor Palza, quien es a su vez parte del 2% de los científicos más citados del mundo en el área polímeros, de acuerdo al ranking 2022 elaborado por la Universidad de Stanford y el grupo editorial Elsevier.
“Nuestro trabajo mostró que sometiendo al poliestireno a altas temperaturas (entre 400 y 600 °C) en un ambiente libre de oxígeno logramos un ‘craqueo’ o rotura de la cadena polimérica (o macromolécula que forma el plástico) y generamos así moléculas más pequeñas, en particular estireno (materia prima de gran uso industrial), las que posteriormente pueden ser reutilizadas en otros materiales. En Chile se producen -al año- aproximadamente unas 26.000 toneladas de residuos de envases y embalajes de PS (es un poco más de lo que pesa toda la estructura del Costaner Center), de ello una ínfima parte es re-integrada a procesos circulares. Hasta el momento faltaban tecnologías eficientes para tratarlo y reciclarlo, nosotros hemos cambiado ese statu quo tecnológico”, indica el científico.
Si quieres conocer los detalles, sólo debes hacer click
El detalle de estos resultados serán explicados, en un lenguaje simple y pedagógico, a las 9:00 de la mañana de este jueves 23 de agosto en el webinar: Reciclaje químico de residuos de poliestireno para obtención de estireno y su incorporación a una Economía Circular, que será dictado por el propio profesor Palza. Para ingresar a la actividad online solo debes registrarte, gratuitamente, en el siguiente enlace
La suma de las partes
El proyecto detrás de la investigación está conformado por miembros del Laboratorio de Ingeniería de Polímeros de la Universidad de Chile en colaboración con el profesor Francisco Gracia (Director del Departamento de Ingeniería Química, Biotecnología y Materiales U. de Chile); por la empresa Coexpan (la Unidad de Negocio de Grupo Lantero especializada en la fabricación de láminas de plástico rígido y productos termoformados) y CENEM, que es una corporación técnica, privada, sin fines de lucro, creada por un grupo de empresarios para el sector envases y embalajes, enfocada en resolver, investigar y estudiar problemas relacionados con la funcionalidad del packaging. El esfuerzo fue financiado por el proyecto FONDEF (código: IT20I0028) de la Agencia Nacional de Innovación y Desarrollo, que depende del Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación.
Contexto
Los plásticos que no se reciclan en Chile se depositan en vertederos y un 32% escapa a los océanos. Como consecuencia, la industria no recupera el valor económico de los residuos y los océanos que ya acumulan millones de toneladas de plásticos, generando pérdidas de hasta USD 25.000 millones anuales. Este modelo de gestión predominantemente lineal deberá cambiar en el corto plazo, ya que la Ley REP promulgada en Chile estableció el 2019 que para el año 2030 la industria deberá valorizar anualmente al menos un 45% de los residuos de envases y embalajes de PS. Por lo tanto, es de enorme interés público que el país desarrolle tecnologías de valorización eficientes y sustentables que puedan ser un aporte en cumplir estas metas y generar una economía circular.