El último sistema frontal en la zona central generó una importante concentración de agua caída. Hasta la fecha ya se superó en un 17% lo que llovió en la temporada pasada, aunque desde Esval precisan que 2022 fue un año seco y esa condición se mantiene, con un déficit de precipitaciones en toda la región.
Gracias a las precipitaciones, el embalse Los Aromos alcanzó 19,6 millones de metros cúbicos, con un 58% de su volumen. “Es la principal reserva para enfrentar la sequía que golpea a la región, específicamente al Gran Valparaíso por más de una década, y aumentó su volumen en un millón de metros cúbicos tras la última lluvia. Nos da la tranquilidad y nos garantiza continuidad en el suministro de agua potable en parte de Viña del Mar, Concón, Reñaca y todo el litoral norte hasta junio de 2024”, señaló el gerente regional de Esval, Alejandro Salas. El objetivo de la sanitaria es superar los 22 millones, cifra que daría seguridad hídrica a más de 1 millón de personas de la zona.
Agua caída y nieve
A la fecha, se mantiene el déficit de precipitaciones en las principales ciudades de la región. Valparaíso acumula 303 mm (16% menos que en un año normal), mientras que Petorca apenas alcanza los 46,2 mm, que representan un 68% de déficit. Otras localidades, como San Felipe y San Antonio superan el 50% de disminución de agua caída.
Sin embargo, la nieve acumulada en la cordillera presenta por primera vez en el año un superávit que bordea el 40%, con más de 600 mm acumulados en la estación de Portillo. Los deshielos en los próximos meses serán fundamentales para aumentar la disponibilidad de agua superficial en el Aconcagua.
Peñuelas
Lo más llamativo tras las lluvias, fue el crecimiento del espejo de agua en el lago Peñuelas de Valparaíso. Salas aclara que ese volumen “se acumuló en los últimos dos eventos de precipitaciones, pero a pesar de que circulan fotos muy hermosas con el regreso del agua al embalse, es sólo el 1,7% de su capacidad total”.
Esto se explica por la gran extensión y profundidad del lago, que sólo se abastece de forma pluvial, es decir, a través de precipitaciones. Si bien a la fecha, Peñuelas bordea los 1,6 millones de metros cúbicos de acumulación, es un porcentaje menor considerando que su volumen máximo supera los 95 millones.
“Hidráulicamente hablando, esa agua ni siquiera la podemos usar para potabilizar”, afirma Salas, por lo que Peñuelas sigue sin ser utilizado por Esval, condición que se mantiene desde enero de 2021.