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Durante esta esta jornada, el senador por la región de Valparaíso, Ricardo Lagos Weber, visitó las instalaciones de la escuela especial Gran Bretaña, ubicada en el sector de la iglesia La Matriz, en Valparaíso, quien observó en terreno la precariedad de las dependencias del inmueble y lo difícil que es el acceso para niños y jóvenes que poseen movilidad reducida.
Pisos de las salas de clases con termitas, falta de rampas de acceso para minusválidos, fallas en las canaletas, entre otras situaciones que preocupan a los padres, fueron las que dieron a conocer el centro de padres y apoderados del establecimiento, quienes emplazan a las autoridades respectivas a otorgar cuanto antes una solución que permita el traslado de los menores a otro inmueble con mejores condiciones estructurales.
“Nosotros necesitamos apoyo, necesitamos ayuda y que nos saquen de aquí. Hemos pasado inviernos en que nuestros niños no han podido venir porque las salas se encuentran inundadas. Todos los días vemos el suelo lleno de termitas; es algo que ya no podemos seguir aguantando”, reconoció Silvia Pizarro, presidenta del centro general de apoderados del establecimiento.
Tras el recorrido por las instalaciones, el parlamentario aseguró que son los propios apoderados quienes solicitan ayuda para trasladarse a otro establecimiento. “Eso es parte de lo que ocurre en esta escuela. Ustedes vieron lo que es desplazarse al interior del colegio. Y acá lo que hay, es la necesidad de cambiarse de establecimiento. Yo no veo gente mal dispuesta, por el contrario, están pidiendo ayuda para cambiarse en mejores condiciones”, indicó Lagos Weber.
Además, el senador agregó que “Esto ocurre acá todos los días, en la mañana y en la tarde, y cada furgón hace dos vueltas. Acá no es un tema de culpas de alguien, sino de sumar fuerzas para encontrarles algo distinto. Estamos en contacto con el Ministerio de Bienes Nacionales, y seguramente la Corporación Municipal también va a hacer un esfuerzo de poner atención a este tema. Son casi 100 niños desde los 2 hasta los 5 años, y hay alrededor de 37 docentes, terapeutas, técnicos, tíos y tías. Hay una comunidad de 140 personas que trabaja a pulso con una sola subvención. Creo que tenemos que hacer un esfuerzo grande”.
