Niños y adultos mayores son los más susceptibles de sufrir intoxicaciones por consumo de pescados y mariscos en Semana Santa

Vómitos, diarrea, fiebre, dolor abdominal y decaimiento, son algunos de los síntomas que pueden indicar la presencia de una intoxicación por alimentos, las que durante Semana Santa probablemente tengan su origen en el consumo de pescados y mariscos contaminados, ya sea por bacterias o toxinas.

“Estos cuadros pueden llegar a comprometer la vida del paciente de no mediar un tratamiento oportuno, debido a la deshidratación y a alteraciones electrolíticas secundarias a las pérdidas aumentadas, siendo la población infantil y los adultos mayores los más susceptibles a sufrir estas complicaciones”, indica el Coordinador Médico de Help, Dr. Fernando Martínez.

Por lo mismo, si es que ellos son los afectados, se debe solicitar atención médica de urgencia, de modo que sea evaluada y tratada a tiempo. Además, es esencial estar atentos a las señales de alerta, especialmente si impiden que la persona logre hidratarse por la boca, presenta ausencia de orina o muy escasas, sangre en las deposiciones, entre otras.

Paralelo a la atención de urgencia, es recomendable hidratar al paciente, agrega. Para ello, se pueden utilizar sales de rehidratación oral, las cuales deben administrarse de manera frecuente, pero en pequeños volúmenes, sobre todo si hay vómitos.

Prevenir siempre es la mejor opción

El especialista de Help entrega algunas recomendaciones para evitar las intoxicaciones durante Semana Santa:
• Los pescados y mariscos deben comprarse en lugares establecidos, de modo que se tenga mayor seguridad sobre su procedencia.
• Si se come fuera de la casa, sólo debe ser en recintos autorizados.
• Consumir estos productos bien cocidos. No olvidar que el jugo de limón no cuece los alimentos.
• Mantenerlos siempre refrigerados.
• Lavarse muy bien las manos antes de cocinar.
• Evitar la contaminación cruzada. Los pescados y mariscos crudos se deben manipular separados del resto de los alimentos.
• Antes de comprar, fijarse en que sean productos frescos. Los pescados se reconocen por sus ojos brillantes, agallas rojas, carne resistente a la presión (no debe desarmarse si se aprieta) y olor a algas. Los mariscos, en tanto, deben estar vivos al momento de comprarlos, lo que se nota cuando la concha está semi abierta y se cierra al contacto con los dedos.

Finalmente, el Dr. Fernando Martínez, Coordinador Médico de Help, explica que la mayoría de estos cuadros se producen por contaminación de pescados y mariscos con bacterias o las toxinas que éstas producen. “En general, tales sustancias son destruidas por el calor y de ahí la importancia de una cocción adecuada de este tipo de productos”, recalca.

Es importante recordar que cuando las autoridades detectan la aparición de toxinas que conservan sus propiedades a pesar de la exposición a altas temperaturas, se prohíbe la extracción de productos de mar en esa zona. Es lo que ocurre, por ejemplo, con la marea roja.

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