Hasta septiembre es la propuesta es a sumergirse en la exposición de la artista Ana Blanchard en el Parque Cultural de Valparaíso

Un olor salino penetrante invade la sala y los pasillos del nivel 3 del Edificio Central del Parque Cultural de Valparaíso. Yodo marino, sombras boscosas y sutiles representaciones femeninas reciben al espectador, para dejar afuera el tiempo y sumergirnos en una propuesta interpeladora, intimista y transgeneracional.  

Es el trabajo multiformato y análogo de la artista visual Ana Blanchard que se exhibe hasta el 7 de septiembre en el Parque Cultural titulado “Tu cuerpo es signo del que brotan conjuras”, una convocatoria a la imaginación, la reflexión y la acción. El tacto, el olfato y el pensamiento permiten diálogos sin clasificar con los entornos marinos y humanos.

Anita Blanchard se ve expectante con su propuesta, una mezcla de búsquedas anteriores con respuestas a medio nacer, que cobran vida en esta nueva puesta en escena señala: “Presento fotografías, formato medio y de 35 milímetros, también proyecciones en película de 16 milímetros que dialogan con una pieza central. Se trata de una instalación, un tejido que se conecta desde el cielo y del cual se despliegan cientos de trenzas de Cochayuyo, que dan cuerpo finalmente, a este gran órgano espiritual. También hay un video de procesos. Esta exposición también es una propuesta orgánica, ya que durante el transcurso del mes de agosto se irán sumando piezas como el sonido y la performance. Para mí este recorrido, significó un camino de experiencia y aprendizaje. Significó también sumergirme en el oleaje del inconsciente, ecos de memoria, otras pieles, sonoridades que fueron encarnadas. Este camino fue el de tejer una vida.”

El tiempo de lo distinto

La inauguración de la muestra concitó un gran interés, como lo destaca Nancy Mansilla, curadora y artista visual, “este trabajo es sobre el linaje materno y sobre cómo este grupo de mujeres, Ana, su madre y su hija, están transitando de una forma de vida dentro de otro tipo de espacio, un espacio cerrado, un hogar, de desarrollar procesos que tienen que ver con un mundo interno dentro del hogar, dentro del espacio doméstico, a salir de él y enfrentarse a un espacio tan amplio y tan vasto como el mar, que nos enfrenta a lo desconocido.  Y desde este borde de mar, entonces, Ana empieza un proceso ritual, un proceso de sanación, un proceso un poco psicomágico también, empieza a tejer una serie de cochayuyos, empieza a trenzarlos junto a su hija, su hija está en el mar, como pueden ver en los videos, es un trabajo y por lo mismo, análogo. El trabajo siempre es análogo, procesual, muy lento, muy minucioso, es algo así como un tiempo de lo distinto, no ocurre en un tiempo establecido, en un plazo establecido, entonces siempre son trabajos a largo plazo”.

Hebra, trenza, tejido

Para el Parque Cultural es un gran hito recibir la propuesta de Ana, que también considera una serie de performances a lo largo del mes, como los destaca Alonso Yáñez Avendaño, Jefe de Programación y Escenotecnia del Parque, quien indica que “para nosotros es fundamental como plataforma de la quinta región particularmente, el trabajo de Ana, que nació de una forma muy orgánica y creo que el trabajo final también demuestra lo orgánico que fue en general todo. Me parece muy interesante al salir de la zona de confort, de lo bidimensional a algo absolutamente tridimensional, con una instalación que más bien tiene características escultóricas y, además, también lleva performance. Es un proceso importante, esta obsesión del tejido con esta alga, que también tiene un tema poético muy bonito en el tejido en sí mismo, la hebra es una trenza y la trenza es el origen del tejido. Me parece que conecta súper bien con esta historia de vida de una abuela, de una madre y de una hija.”

Evidencias de cochayuyo

La invitación está hecha para todos y todas hasta el 7 de septiembre en el Parque Cultural de Valparaíso, como destaca Alonso Yáñez: “Esta invitación es a despertar de forma sensual, desde lo sensorial. No es tan solo visual, se vive en la experiencia. Es súper interesante lo que ha pasado en el proceso de montaje. Desde el día uno llegó Ana con esta gran cantidad de cochayuyos, el olor inicialmente te alerta, a algunos le molesta y a mí personalmente, me gusta, pero llega un minuto que el olor te seduce y te envuelve hasta que no lo sientes.

 

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