Investigadores de universidades del país, así como del extranjero, centraron la mirada en las zonas costeras de Chile, a lo frágil que en los últimos años se han vuelto frente a fenómenos naturales de impacto como las marejadas y tsunamis, el cambio climático y el crecimiento inmobiliario.
Seminario Internacional sobre “Riesgos de origen natural, antropización y sustentabilidad de la zona costera” es el encuentro que organizó el Consejo de Rectores de Valparaíso y la Pontificia Universidad Católica de Chile en la Universidad Técnica Federico Santa María.
En este contexto el académico de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Playa Ancha, Manuel Contreras, sostuvo que es preocupante lo que ocurre en la conurbación Valparaíso-Viña del Mar.
“Hay 45 establecimiento educacionales que están en riesgo de inundación -entre universidades, centros técnicos, liceos, Teletón y jardines infantiles-, y les ha quedado claro que en los últimos 10 eventos hemos tenido mucha suerte, porque han ocurrido en feriados o en horas no laborales. No hemos sufrido terremotos ni tsunamis en días en que los niños están en clases”, explicó el académico.
Contreras desde 2010 realiza estudios multidisciplinarios junto a estudiantes tesistas de la UPLA e investigadores de otras casas de estudios, sobre la “Vulnerabilidad frente al cambio climático y tsunamis, de servicios de emergencia y establecimientos educacionales en la zona costera”.
La educación y la planificación urbana son factores relevantes en la ocupación de la zona costera, situación que no ha ocurrido al observar que las principales compañías de bomberos, por ejemplo, se emplazan en el área de inundación. “Además muchos de los establecimientos que podrían hacer evacuación vertical, no lo tienen contemplado. Lo que está claro es que es un mito que Valparaíso es antitsunamis”, sostiene Contreras.
Democratizar el acceso al conocimiento
Respecto de este tipo de seminarios Marcelo Lagos, director del Laboratorio de Investigaciones y Tsunamis de la PUC, expresó que siempre es importante democratizar el acceso al conocimiento sobre temas relacionados con la gestión de riesgos de desastres y cómo convivir de forma más segura en localidades costeras.
“El desafío pasa por cómo esta información de experiencias nacionales y extranjeras es integrada de manera razonable y adecuada en la convivencia con riesgos sustentables, amenazas de terremotos, tsunamis, marejadas y fenómenos que permanentemente afectan nuestras costas”, precisó Lagos.
En opinión de la directora nacional de Obras Portuarias, Antonia Bordas, en estos encuentros se genera información que esperan se traspase hacia la comunidad. “Como Ministerio de Obras Públicas hemos trabajado en las emergencias de los últimos años, donde los costos de recuperación de los espacios costeros han superado desde 2015 a 2017 los 2.500 millones de pesos, solo en obras de emergencia, ni siquiera de reconstrucción. Entonces es necesario plasmar lo que aquí se comparte en políticas para disminuir la vulnerabilidad en las zonas costeras de Chile.”
El caso de Valparaíso
Los terremotos y tsunamis no tienen un horario definido, por lo tanto la situación puede ser muy compleja, en horario hábil de colegios y trabajo – explicó el geógrafo Lagos.
“Valparaíso en sí es una ciudad compleja, su tramo urbano, antigüedad y mantención, especialmente del casco histórico, hace que en un proceso de evacuación pueda ser un proceso complejo, y lo vimos en el temblor 6,9º Richter del 24 de abril. Sin embargo -agrega el experto- hay que destacar que la visibilidad que han tenido terremotos y tsunamis en las últimas décadas en Chile, han hecho que la comunidad costera tenga conductas de autocuidado que nos hace pensar que las personas rápidamente evacuará a zonas de seguridad”.