Esta mañana, en un punto de prensa realizado en calle Bustamante, donde antiguamente se ubicaba el acceso al ascensor del Cerro Arrayán, vecinos del sector, encabezados por el presidente de la Junta de Vecinos Iván Pozo, junto al diputado Tomás Lagomarsino, denunciaron las trabas que estaría colocando el Consejo de Monumentos Nacionales al proyecto de diseño y construcción del nuevo ascensor Arrayán.
El proyecto, que cuenta con financiamiento comprometido por la Empresa Portuaria de Valparaíso (EPV) como parte de las medidas de mitigación de la expansión portuaria, se encuentra actualmente en evaluación de impacto ambiental. Sin embargo, según acusan los vecinos y el parlamentario, observaciones del Consejo de Monumentos podrían poner en riesgo su concreción.
“En el proceso de evaluación ambiental, el Consejo de Monumentos Nacionales hizo una serie de observaciones, pero finalmente plantea rechazar el proyecto porque no se ajustaría al estilo arquitectónico del sector, un área que está visiblemente deteriorada y con numerosos edificios quemados”, denunció Iván Pozo, presidente de la Junta de Vecinos del Cerro Arrayán. “No se trata de una cuestión estética, se trata de un problema de transporte público esencial para nuestros vecinos”, enfatizó.
Pozo remarcó que el ascensor no solo facilitaría la movilidad de los residentes, en su mayoría personas mayores, trabajadores y familias, sino que además es una oportunidad única de financiamiento que no se repetiría. “Valparaíso tiene en sus ascensores una forma de transporte público característica, y en nuestro caso es una necesidad urgente”, afirmó.
El diputado Tomás Lagomarsino, por su parte, criticó duramente el actuar del Consejo de Monumentos Nacionales: “Más que ayudar, nuevamente el Consejo pone trabas. Primero pidieron restaurar el ascensor Lecheros, pero luego generaron tantas dificultades que se optó por este nuevo proyecto en Arrayán. Ahora, en una nueva observación, pretenden que volvamos al proyecto anterior, que ellos mismos boicotearon”, indicó.
Lagomarsino advirtió que la falta de flexibilidad en la institucionalidad patrimonial está frenando el desarrollo de Valparaíso: “No podemos seguir manteniendo la ciudad como en un cristal mientras se deteriora y se cae a pedazos. Ya perdimos proyectos importantes por observaciones similares. El Instituto de Neurociencia es un ejemplo reciente”, sostuvo.
El parlamentario informó que ya se han tomado medidas para intentar destrabar el proceso. “Hemos enviado oficios de fiscalización al Consejo de Monumentos y a la Subsecretaría de Patrimonio. Producto de esta presión, hoy nos contactaron y acordamos realizar una reunión en terreno, aquí en el Cerro Arrayán, para plantear directamente la preocupación de los vecinos”, anunció.
En representación de la comunidad, César Obreque, vicepresidente de Ascenval, también criticó la centralización de las decisiones. “La institucionalidad actual ve todo desde Santiago. Monumentos Nacionales actúa como si los patrimonios fueran intocables, olvidando que el patrimonio se preserva usándolo y poniéndolo en valor”, sostuvo. Asimismo, valoró los avances que propone la nueva Ley de Patrimonio, que busca descentralizar las decisiones a consejos regionales.
La voz de los propios vecinos refleja la urgencia de la demanda. “Yo crecí aquí con el ascensor. Hoy, con 67 años, me es muy difícil subir y bajar. Un taxi cuesta $2.500 y no siempre hay recursos”, relató Isabel Olivares, vecina del cerro. A su testimonio se sumó Gladys Vivar, quien destacó las dificultades que enfrentan las familias con niños pequeños, especialmente en días de lluvia, cuando el acceso se vuelve prácticamente intransitable.