Cuando logran ascender hasta la cumbre del cerro La Campana, en Olmué, a más de 1.800 metros de altura sobre el nivel del mar, algunos turistas tienen la mala costumbre de inmortalizar esta hazaña con grafitis en las rocas, menoscabando el patrimonio natural y paisajístico del entorno, ubicado dentro de un parque nacional y una reserva mundial de la biósfera.
En ese contexto, el jefe regional del Departamento de Áreas Silvestres Protegidas de la Corporación Nacional Forestal (CONAF), Claudio Ilabaca, explicó que “la institución forestal, la Fundación Andestrek y la escuela de Ingeniería en Medio Ambiente de la Universidad de Valparaíso, iniciaron un proyecto piloto que busca eliminar los rayados, sin afectar los valiosos recursos naturales de la zona”.
“Se realizó un primer estudio en terreno, con de 13 voluntarios y la supervisión de personal guardaparques, en un espacio delimitado, donde se aplicó el solvente químico biodegradable Pintoff Forte, que es un gel removedor de grafitis. Posteriormente, la Fundación Andestrek y la Universidad de Valparaíso entregarán un informe a CONAF con los resultados de este trabajo, el cual será evaluado para ver la posibilidad de repetir esta experiencia a una escala mayor”, agregó.
Por su parte, el presidente de la Fundación Andestrek, Marcos Liberona, detalló que “hicimos una intervención en un área de 10 x 5 metros (50m2), donde aplicamos este gel, y ahora estamos en una etapa de seguimiento, para probar los beneficios y que no hayan daños colaterales a la ecología”.
“Un resultado preliminar que pudimos observar es que el impacto de la remoción fue bastante positivo, en el entendido de que nunca vamos a poder eliminar el 100 % (de los rayados). Una vez que se aplicó el químico y se hizo la remoción mecánica, con cepillos y escobillas de fierro, los grafitis quedaron bastante disminuidos, aunque todo depende además del tipo de pintura, si es óleo, látex, al agua, pues cada una de ellas tiene una distinta velocidad de desaparición”, aseveró.
Cima cubierta en un 90 % por rayados
En tanto, el académico de la escuela de Ingeniería en Medio Ambiente de la Universidad de Valparaíso, Jairo Valencia, afirmó que “la cima del cerro La Campana está cubierta en cerca de un 90 % de grafitis, y cada día aparecen más. La gente además de dejar su nombre, deja la fecha (de inscripción del rayado), entonces eso nos permite tener una especie de análisis cronológico del proceso, y es un proceso que no ocurre de manera reciente. Tuvimos la experiencia de sacar pintura y bajo ésta habían testimonios con pincel de 1889”.
“Más allá de la limpieza, queremos generar cambios conductuales en los visitantes, y desde ahí devolver a este espacio una calidad más inicial, prístina, y con la relevancia de lo que significa el Parque Nacional La Campana para la región y el país, considerando que es un hotspot de la conservación (de la biodiversidad) mundial”, enfatizó.
Finalmente, Valencia manifestó que es importante incrementar la fiscalización, pero también buscar fórmulas para que los turistas puedan retratar su paso por la cumbre, por ejemplo, a través de aplicaciones de celular u otras plataformas tecnológicas inocuas para el medio ambiente.
Cabe consignar que, al momento de usar el químico, los voluntarios dispusieron recipientes plásticos en el suelo, para evitar el contacto del líquido con la vegetación superficial. Luego, en bolsas selladas herméticamente, este material fue trasladado hasta la empresa Passol, firma que realizó la donación de 40 potes de Pintoff Forte, avaluados en alrededor de $ 400. 000, y que tiene un centro especializado en la erradicación de este tipo de desechos.