Desde su inauguración en el año 2010, la Clínica de Reproducción Humana de la Universidad de Valparaíso no ha parado de sumar logros y avances. El proyecto, que nació gracias a un trabajo colaborativo entre el Servicio de Salud Valparaíso – San Antonio, el Hospital Carlos Van Buren, Fonasa y la mencionada casa de estudios, primero partió con prestaciones de baja complejidad, luego, en 2013 logró desarrollar procedimientos de mayor complejidad con técnicas in vitro. Ahora, el próximo desafío que se propuso el centro es conseguir financiamiento para implementar los equipos, el capital humano y logístico para poder preservar la fertilidad en pacientes oncológicos.
La Organización Mundial de la Salud reconoce la infertilidad como una enfermedad del sistema reproductivo definida como la incapacidad de lograr un embarazo clínico después de 12 meses o más de relaciones sexuales no protegidas. En ese sentido, Chile, al tener diversos convenios suscritos con dicha entidad mundial, tiene la obligación de dar cobertura a la mencionada patología.
En ese contexto, y ante la profunda brecha existente en el sector público, en el que surge la necesidad de implementar el proyecto que, en una primera etapa, fue de baja complejidad. El director del Hospital Carlos Van Buren, doctor Mauricio Cancino expresa que “es un motivo de orgullo estar presente dentro de esta alianza entre el SSVSA, con la activa colaboración de su director, don Eugenio de la Cerda, la Universidad de Valparaíso, cuyo representante es el director y cofundador del Centro de Reproducción Humana, doctor Aníbal Scarella y nosotros como Hospital Carlos Van Buren”.
Por su parte, el cofundador del centro de reproducción asistida y jefe de la unidad de Medicina Reproductiva del Hospital Carlos Van Buren, Aníbal Scarella, expone que “formulamos un proyecto y generamos una unidad, primero de baja complejidad, que permitía dar tratamiento y cobertura a pacientes con patologías de menor envergadura o complejidad, ese proyecto fue bien emblemático y especial para nosotros porque surgió en el Hospital Carlos Van Buren, en conjunto con la Universidad de Valparaíso, partió como un piloto, luego se extendió a ochos hospitales más del país en el 2012”.
In Vitro
Una vez consolidada la primera etapa, el centro se propuso aumentar la complejidad de sus prestaciones, en ese sentido, Scarella explica que “en el año 2013, nos propusimos hacer un proyecto mucho más ambicioso, en dónde las magnitudes de inversión eran mayores, se pretendió y se concretó posteriormente, generar la infraestructura para hacer prestaciones de alta complejidad, la diferencia entre baja y alta complejidad es que, en la primera, los gametos del hombre y la mujer se juntan en el aparato reproductor de la mujer, mientras que, en la segunda, se manejan extra corpóreo, entonces la fecundación ocurre fuera del cuerpo de la mujer, por eso se llama in vitro, es decir, en el laboratorio”.
La magnitud de la inversión fue entorno a los US$ 2 millones y contó con aportes de la Universidad de Valparaíso, el Gobierno Regional y el Ministerio de Salud. Su implementación permitió aumentar la capacidad de acceso a pacientes del sistema público y privado, a un menor costo y distancia, antes solo se podía realizar en Santiago.
Pacientes Oncológicos
El próximo desafío propuesto por la Clínica de Reproducción Humana UV es preservar la fertilidad en pacientes oncológicos, para el cual están buscando financiamiento. El doctor Scarella señala que con “lo que nosotros estamos haciendo es buscar financiamiento para darles cobertura a los pacientes con patologías oncológicas que deseen preservar su fertilidad, serían personas que tengan entre 0 y 40 años, que estén en edad reproductiva, que no tengan paridad cumplida. En cuanto a la infraestructura, logística y el capital humano ya fueron financiados, en parte, por la UV, a través de un Proyecto de Mejoramiento Institucional, PMI UVA 1402, del Ministerio de Educación que permite generar líneas de investigación y desarrollo en instituciones públicas como la nuestra”.
De esta manera, la CRH viene a subsanar un doble problema, social, anímico pero también de disparidad de género porque los hombres están garantizados por GES la preservación de su fertilidad pero no así las mujeres.