En estos días de vacaciones, muchos niños deben estar pensando en qué actividad entretenida pueden ocupar su tiempo libre antes de retomar sus deberes escolares.
Una buena idea sin duda es la lectura de cuentos, instancia que no solo puede ser muy divertida, sino que también una oportunidad de aprendizaje y de compartir en familia.
Alicia Fernández, Académica de Educación Parvularia de Universidad de Las Américas, Sede Viña del Mar, comenta que “en este periodo en que los niños hacen una pausa invernal en su vida escolar, la literatura surge como un recurso que les permitirá entretenerse en familia. Los grandes podrán recordar su infancia y utilizar la palabra con el propósito de despertar el placer, la diversión y el interés de los niños”, inculcando así importantes aprendizajes y hábitos para la vida, como la comprensión lectora, el escuchar en silencio y el compartir experiencias, entre otras.
Por tal motivo, entrega las siguientes recomendaciones para poner en práctica la lectura de cuentos en estas vacaciones de invierno:
• Pídale al niño que elija el cuento que desea que le lea.
• Ubíquense en un espacio tranquilo, acogedor y cómodo.
• Durante la lectura, acérquese al niño y permita que sienta su afecto e interés por compartir ese momento con él.
• Al leer, su voz debe ser en tono agradable, realizando cambios de intensidad, ritmos de lectura, entonación, así llamará la atención del niño y mantendrá su interés por escuchar.
• Las onomatopeyas son un muy buen elemento literario de interés para los niños.
• Muéstrele el texto que se lee, sobre todo si tiene ilustraciones.
• Una vez terminada la lectura, conversen sobre el cuento, expresando emociones, sentimientos, qué final distinto pueden imaginar, con qué personaje o pasaje de cuento se identifican, entre otros.
• El cuento también puede ser narrado, es decir, relatado sin apoyo del texto impreso.
“A través de la lectura de un cuento, los niños aprenden a comunicarse, desarrollando sus habilidades de escuchar con respeto, practicando el silencio. Ellos tienen cuentos preferidos y no importa cuántas veces lo escuchen, siempre les provocará placer, desarrollarán su imaginación y la fantasía, favoreciendo los procesos creativos”, dice la académica, quien también aconseja jugar a crear historias o contar cuentos improvisados, pues al recrearlos los niños desarrolla su lenguaje, la capacidad de asombro y de interacción social al compartirlas con otras personas.
Otra idea entretenida para las vacaciones es armar con los niños una biblioteca en casa. Para ello, una opción que permitirá además poner en práctica las habilidades manuales es pintar o forrar una caja de cartón y luego decorarla. Una vez lista, poner en ella los libros y cuentos que están en casa, enumerándolo y ordenándolos del más grande al más pequeño o a la inversa, dejando la caja en un lugar especial que esté al alcance de todos.
“Los niños, al manipular, observar, jugar a leer y atesorar sus recursos literarios, estarán desarrollando su pensamiento lógico matemático. Al contar con un lugar especial donde guardarlos, adquieren hábitos de orden y cuidado. Por ello, enriquezca permanentemente su pequeña biblioteca, pues la literatura, junto con desarrollar el pensamiento de los niños, le ofrece la oportunidad de satisfacer su curiosidad, de asombrarse, de plantearse interrogantes, de abrir su imaginación, emocionarse, divertirse y reír”, expresa la educadora de párvulos, sugiriendo que de los textos que elija es importante fijarse en su formato, diagramas, ilustraciones y colorido, para que sean estéticamente interesantes para el niño.