Hasta el Centro Penitenciario Femenino (CPF) de Valparaíso llegaron, la tarde de este lunes, ex alumnos de las carrera de derecho de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso para celebrar la Navidad junto a las internas del programa Creciendo Juntos y sus hijos.
Esta loable iniciativa había comenzado meses antes cuando Michelle López inició la campaña para recolectar dinero y así poder comprar los regalos que habían pedido las privadas de libertad de la sección de lactantes del CPF de Valparaíso y el Centro de Detención preventiva de Quillota.
“Conocí el Programa hace alrededor de dos años, fue parte de mi tesis, y quise trabajar con las mujeres que estaban privadas de libertad. Conociendo la población me fui dando cuenta de algunas necesidades que tenían ellas y en ese tiempo lanzamos una campaña de libros, una recolección de libros. Este año decidí hacer otra campaña, pero con el objetivo de preguntarles a ellas que les gustaría. Nació en el contexto de Navidad, donde muchas de ellas tienen hijos afuera y quisieran regalarles cosas y no pueden. Nosotros tratamos de cumplir con esos sueños”.
El éxito de la campaña permitió que se lograse comprar todos los regalos que las mujeres privadas de libertad soñaban. Una de las internas que pudo disfrutar de esta hermosa campaña fue Johanna Castro. Para ella todo “fue bonito. Un gesto bonito para los niños de aquí, todo maravilloso. (Fueron) regalos para mí y para mi hijita, que tengo una guagua de dos meses. No me lo esperaba, para nada. Te pones alegre y triste a la vez”.
La alegría de las reclusas fue compartida por la jefa del CPF porteño, subteniente Camila Soto.
“Es algo que engrandece a todos, tanto a las internas como a la gente que viene a colaborar con ellas. Para nosotras, como funcionarias gendarmes, siempre va a ser un agrado y felicidad verlas contentas a ellas. Siempre que tienen alguna preocupación por ellas o sus hijos una trata de preocuparse lo más posible por todo lo que pueda suceder”.
La celebración navideña se había realizado anteriormente en el CDP de Quillota, recinto penal hasta donde llegaron las ex alumnas el pasado jueves. En la ocasión estuvieron cerca de tres compartiendo y escuchándolas.