Radio Festival La radio en colores de Chile
Promover la igualdad de derechos de las mujeres y niñas neurodiversas es uno de los objetivos centrales de la labor de la Fundación Unión Autismo y Neurodiversidad (FUAN), organización sin fines de lucro, formada por mujeres de la región de Valparaíso, provenientes del mundo de la salud, educación, de organizaciones ciudadanas, expertas por experiencia y que viven la primera línea de la neurodiversidad como madres cuidadoras.
En esta fecha tan crucial para la puesta en valor de la lucha de la mujer por la igualdad, desde la neurodivergencia se hace imprescindible el visibilizar a la mujer neurodiversa y su realidad hoy en Chile: No existe catastro nacional de mujeres neurodiversas.
Nuestro ordenamiento jurídico no protege a mujeres neurodiversas, no reconoce sus necesidades y demandas, no las hace parte de la política pública y por tanto no permite el pleno ejercicio de derechos, ni el acceso a igualdad.
La múltiple discriminación hacia mujeres neurodiversas parte desde el acceso al diagnóstico: en el Trastorno del Espectro Autista y el Trastorno por Déficit Atencional la relación de hombres versus mujeres es de 4 es a 1, “esta cifra está originada en los test diagnósticos, los cuales están creados con un modelo de procesamiento mental masculino, no tomando en cuenta las diferencias de género en las manifestaciones sintomáticas de ambas condiciones”, precisa Dra. Valeria Rojas, Neuróloga y Vicepresidenta de FUAN.
Al no tener un diagnóstico correcto y oportuno, muchas niñas y mujeres pasan años recibiendo terapias inadecuadas que impiden su plena realización y los que es más grave aún, pueden exponerse al deterioro de su salud mental y calidad de vida.
Las estadísticas en Chile son casi inexistentes en estas materias. Un estudio en Reino Unido mostró que el 23% de las mujeres hospitalizadas con diagnóstico de anorexia presentaban síntomas compatibles con Autismo. Muchas madres relataron haber pasado años buscando respuestas para las dificultades de sus hijas que habían sido calificadas como ‘regalonas’ o ‘mimadas’, en tanto las madres cuidadoras muchas veces habían sido tildadas de ‘hipersensibles’ o ‘malcriadoras’, tardando mucho más tiempo en encontrar diagnóstico, que una persona de género masculino.
Ailyn Falk, estudiante universitaria y Directora de Responsabilidad Social de FUAN, fue diagnosticada con Autismo a los 17 años. Esto implicó que por años recibió diagnósticos erróneos, por falta de conocimiento del mundo profesional de las características del Autismo en mujeres.
“Las particulares conexiones cerebrales de cada ser humano muchas veces son características personales que no son visibles a primera vista. Esto conlleva que personas neurodiversas sufran estigmatización, discriminación, segregación. Esta vulneración de derechos se acentúa cuando la persona neurodiversa es mujer”, señala Gabriela Verdugo Weinberger, Presidenta de FUAN.
Las mujeres neurodiversas tienen derecho a desarrollar al máximo sus potencialidades, a ganarse la vida en un ambiente amable y con un salario justo.
Toda sociedad es neurodiversa. En todo grupo humano conviven personas neurológicamente diferentes que tienen derecho a ser respetadas y valoradas, permitiendo, desde los entornos íntimos, familiares, sociales, tanto públicos como privados; el desarrollo máximo de sus potencialidades.
Entendernos como sociedad neurodiversa permitirá que construyamos cultura de respeto de derechos humanos derribando toda exclusión. Una cultura de respeto, valoración e inclusión permitirá además abrir puertas para el reconocimiento legal de la diversidad funcional.
Las escasas estadísticas nacionales señalan: el 64% de las personas con discapacidad son mujeres, de ellas sólo un tercio accede a contrato laboral. El 97% de las personas cuidadoras son mujeres, de ellas más del 70% se ve imposibilitada de trabajar.
