Las enfermedades, así como las alteraciones en el medioambiente, se producen por un desbalance en las comunidades microbianas, que han permitido la evolución y la vida de nuestro planeta desde hace 4 mil 600 millones de años.
Estos diminutos seres vivos, visibles solo bajo el lente de un microscopio, fueron los únicos capaces de habitar la Tierra por más de 3 mil millones de años. Gracias a su participación en múltiples y específicos procesos, posibilitan la existencia y funcionamiento de nuestro planeta, así como de los organismos que en viven.
De allí que especialistas en ecología y fisiología microbiana de la Facultad de Ciencias Naturales y Exactas de la Universidad de Playa Ancha (UPLA), en el seminario “Orígenes y ejemplos de cómo los microorganismos dan forma a nuestra vida”, invitaron a conservar la biodiversidad de los microorganismos de nuestros ecosistemas, así como a evitar verlos como nuestros enemigos.
La doctora Verónica Molina, directora del Observatorio de Ecología Microbiana de la UPLA, explicó que en la Tierra existe cerca de un trillón de especies microbianas y, en nuestro cuerpo, los microorganismos que habitan son 10 veces más numerosos que nuestras propias células.
“Los últimos análisis muestran que se está perdiendo una gran biodiversidad y hay muchas especies (multicelulares) que están en vías de extinción, y hay muchas especies que no se han logrado caracterizar y conocer, pero nadie habla de biodiversidad o conservación microbiana. Sabemos que hay muchos microorganismos y muchos creen que tienen las mismas funciones, pero no es así. Hay microorganismos que hacen funciones muy específicas para nuestro planeta. Uno de los mensajes es pensar que los microorganismos que habitan nuestro cuerpo y ambientes muy diversos, es necesario conservarlos e incorporarlos en el mapa, para poder cuidarlos”, aseveró la académica.
Convivencia Equilibrada
En tanto, el doctor Roberto Orellana, coordinador del Laboratorio de Biología Celular y Fisiología Microbiana de la UPLA, afirmó que debido a la abundancia, diversidad y omnipresencia de microorganismos en el ambiente, resulta relevante estudiar la actividad que desarrollan, porque es clave en los ciclos biogeoquímicos que regulan la biósfera.
Y es que, aseveró, son capaces de modular significativamente procesos biogeoquímicos globales. De hecho, cerca del 50% del oxígeno que respiramos es producido por microorganismos en los océanos.
Por lo mismo, el doctor Orellana invitó a cambiar la mirada de dominancia y combate hacia estos seres microscópicos, por la de convivencia en equilibrio e integración.
“Las relaciones ecológicas que existen en el mundo microbiano, tienen que ver mucho más con sentido de colaboración y de garantizar la diversidad funcional, metabólica, fisiológica, morfológica, para ser capaces de tener mayor grado de resiliencia y mayor flexibilidad frente a cualquier tipo de cambio que puede ocurrir ahí. (Esto) nos desafía a ver el mundo microbiano no como una guerra donde uno tiene que ganar, sino más bien como un elemento donde tiene que haber cierto grado de equilibrio para que haya mayor integración de las distintas funciones, tareas y capacidades de cada uno de los miembros de dicha comunidad”, expresó.