Tras la publicación que ha hecho Argentina de un mapa que define su propia reclamación de Plataforma Continental Extendida en la que superpone la reclamación Antártica a la chilena y traza una suerte de medialuna al sur de los espacios marítimos nacionales, denominado Punto F, el senador por Valparaíso, Kenneth Pugh (Ind.), señaló que ello:
“Atenta contra el espíritu del Tratado de Paz y Amistad de 1984, toda vez que interpreta incorrectamente algo que costó mucho: la mediación papal, el compromiso con el Papa Juan Pablo II, para poder resolver de forma completa las controversias entre Chile y Argentina en la zona austral. Quedó claro en el laudo arbitral y en la mediación papal la total soberanía chilena sobre el Cabo de Hornos, los pasos que comunican los océanos Atlántico y Pacífico y las islas Picton, Lennox y Nueva. Respecto del territorio marítimo, Chile aceptó una delimitación muy extraña, que no se atiene a los establecido en la Convención del Derecho del Mar y que favorece a Argentina, toda vez que esa delimitación hace un extraño giro hacia el weste y delimita las aguas en una línea de puntos que culmina en un hito llamado Punto F. Chile aceptó este trazado en la comprensión, de buena fe, que al ceder y aceptar se solucionaban todas las controversias de soberanía al sur del punto F y sólo quedaba pendiente la superposición de soberanía en la Antártica, situación que se rige por el Tratado Antártico de 1959. La reclamación unilateral de Argentina demuestra que el espíritu del TPA de 1984 no se respetó. Esta situación es muy perjudicial para las relaciones entre ambos países. Estamos frente a una actitud sistemática y permanente de Argentina de “correr el cerco”. Esto representa un retroceso en nuestras relaciones y lo vamos a tener que resolver de la mejor forma posible.”
Plataforma Continental chilena
Además, el senador por la Región de Valparaíso se refirió al anuncio presidencial de este jueves en cuanto a presentar la reclamación de Plataforma Continental Extendida de la provincia de Isla de Pascua que se hará en las próximas semanas ante la comisión adhoc de las Naciones Unidas: “El concepto de plataforma continental extendida es muy importante para el interés nacional de Chile. Es un término técnico que emana de la Convención del Derecho del Mar de Naciones Unidas de 1982. En esa convención se establecen los complejos procedimientos y plazos para que los países hagan sus reclamaciones ante una comisión técnica de la ONU. Las plataformas continentales de los países pasan a formar parte de su territorio, con todos los derechos que eso conlleva, de ahí su importancia. Nuestro planeta, con una extensión finita de su superficie, nunca había estado sujeto a un proceso de reclamación universal de soberanía tan amplio como el que estamos presenciando. El trabajo de determinar las condiciones geológicas, oceanográficas y técnicas de nuestro inmenso territorio marítimo es un trabajo arduo, permanente, que no se improvisa y que requiere de personal muy calificado, de tecnología sofisticada y de recursos cuantiosos. La decisión presidencial de dar prioridad a este desafío es muy importante para el interés nacional de Chile, especialmente se requiere redoblar los esfuerzos oceanográficos en el mar de Drake y en la Antártica Chilena. En esa zona de nuestro país, de difíciles condiciones climáticas, tenemos que ser capaces de llegar a medir y procesar datos a 4 mil o 5 mil metros de profundidad. Esas son las profundidades que tenemos en el Mar de Drake. Es necesario destacar que gracias al esfuerzo y previsión de gobiernos anteriores, la Armada de Chile cuenta con las capacidades tecnológicas del buque científico “Cabo de Hornos” construido por Asmar en los astilleros de Talcahuano. Es un solo buque, para la inmensidad de nuestro territorio marítimo, pero en base a un excelente trabajo profesional se va avanzando sin detención».
Falta de visión
Pero Pugh va un poco más allá y reflexiona: “Nos falta una visión geopolítica integradora. Nos falta entender la importancia que tienen los océanos y la gestión y utilización de los océanos para Chile. En nuestra Constitución no están las palabras “océano” ni “mar”; no existen. Hoy, que estamos en debates constitucionales, ni siquiera los reconocemos en la constitución; tampoco está la palabra “Antártica”. Tenemos que hacernos cargo de nuestra realidad tricontinental que no está garantizada, que es aspirada o perseguida por otras naciones y actores internacionales. No solamente su soberanía, también su explotación, su conservación y su uso es materia de apetitos cada vez mayores a medida que la tecnología permite actividades que eran insospechadas hace algunas décadas atrás. Es un deber ineludible del Estado cuidar y preservar para las próximas generaciones nuestra soberanía sobre tierra, aire y mar y los derechos del pueblo chileno a usar y preservar esos recursos valiosísimos”.