Emprendedora de Viña del Mar diseña y fabrica juguetes de madera que favorecen el aprendizaje

Francisca Mundaca Silva, valdiviana radicada en Viña del Mar desde hace una década, forjó en su tierra, a fines de los 90, Madera Color, un emprendimiento que nace de las manos de una madre soltera que, ante el deseo de brindar a su hija un bienestar, comenzó a diseñar y fabricar juguetes didácticos en madera, con una propuesta pedagógica que favorece el aprendizaje activo y constante de niños y niñas, adolescentes y adultos mayores.

“Ese momento de mi vida me permitió generar un emprendimiento para salir adelante. Me di cuenta que con las habilidades que tenía para trabajar la madera y las ganas de contribuir en la enseñanza de los más pequeños, podía trabajar en lo que era mi sueño”, recuerda.

En los 21 años de trabajo, Francisca, ha asumido todo el trabajo que implica el desarrollo de una microempresa. Desde los bocetos de los futuros juguetes hasta la confección de los mismos, con el uso de sierras caladoras, taladros y lijas. Todo manual.

Tras la participación en ferias y exposiciones, los juguetes de Madera Color lograron generar confianza en su creadora y apreciación en padres y madres, por su uso que permite enseñar y formar las aptitutes del menor. Otro aspecto que da valor a su iniciativa, y quizás más romántica, es la incesante búsqueda de preservar la utilización de los juguetes de madera como tradición.

“Al ver y sentir que mi trabajo gustaba a la gente, fue maravilloso. Fue el fruto de tanta perseverancia y dedicación…Sentí que mi habilidad en el trabajo con la madera estaba siendo valorado”, confiesa con modestia.

Uno de los hitos más importantes de Madera Color fue su incorporación como proveedor de juguetes lúdicos en Convenio Marco -modalidad de compra de bienes y servicios a través de un catálogo electrónico- pudiendo acceder a organismo estatales como Fundación Integra y la Junta Nacional de Jardines Infantiles (JUNJI). Esta valiosa oportunidad provocó que el emprendimiento de Francisca Mundaca, alcanzara reconocimiento nacional y consagrara la eficacia de sus piezas artesanales en el aprendizaje de los más pequeños y pequeñas.

Sin embargo, producto de la pandemia por coronavirus, las ventas disminuyeron fuertemente, lo que motivó a la forjadora de Madera Color a sumarse a los beneficios que brinda el buen uso de las redes sociales y a la comercialización online. Hecho que, sin duda, permitirá que este emprendimiento llegue a los hogares de Chile y del mundo, con la enseñanza, la entretención y la diversión del tradicional juguete de madera.

“Para muchos emprendedores esta pandemia ha sido una oportunidad para reinventarse. En mi caso pude darme cuenta que la digitalización de mi negocio es esencial para mostrar y vender mis juguetes a la gente de mi país y el mundo”, reconoce.

Pese a las múltiples adversidades generadas por la pandemia, Madera Color buscará todas las alternativas, como ha sido su sello a lo largo de sus 21 años de historia, para mantenerse en el corazón de las actuales y futuras generaciones, como una marca símbolo que procura incansablemente preservar el valor de las tradiciones. Para toda la vida.

“En este largo camino he tenido que enfrentar muchas adversidades para mantener mi emprendimiento. Algunas bastante delicadas, por cierto, que casi provocan que Madera Color quebrara. Sin embargo, sé que la perseverancia es lo más importante”, asegura.

 

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