Proyecto Rapa Nui deja huella en productores hortofrutícolas

Fue un trabajo arduo e intenso de más de dos años, que implicó varios viajes al territorio insular, y que hoy concluye. Esta iniciativa contó con un gran equipo de trabajo que lo lideró la investigadora entomóloga del INIA La Cruz Natalia Olivares Pacheco. El equipo de profesionales y técnicos lo integró Ignacio Ahumada INIA, Rapa Nui, Alejandro Morán, Renzo De Kartzow (asesor externo), Aart Osman, Fernando Rodríguez, Alejandra Guzmán, José Montenegro y Antonieta Cardemil. Fue fundamental la participación de los técnicos del INDAP/PDTI y SAG, además del apoyo recibido de la Municipalidad y de la Gobernación de Rapa Nui.

Natalia Olivares comenta. “Nos sentimos muy satisfechos con el trabajo realizado porque los productores se abrieron a la posibilidad de incorporar nuevos manejos en sus predios y se capacitaron en temas que antes no eran tan accesibles y que hoy, gracias a la presencia permanente del profesional Ignacio Ahumada, los agricultores mantuvieron el interés por aprender hasta el final del proyecto”.

El proyecto abordó temas de extrema importancia para los productores de la isla. Desde cómo reconocer la presencia de chanchitos blancos en piñas, donde por para su control se realizaron liberaciones del depredador Cryptolaemus montrouzieri lográndose una reducción de la población entre un 50 y 95%.

En camotes se levantó estudios de  biología de la plaga picudo del camote, cómo hacer un mejor reconocimiento de  ésta y cómo iniciar plantaciones a partir de guías sin presencia de picudos. Gracias a estos manejos se logró la disminución en las pérdidas de cosecha  del camote por efecto de esta plaga.

En el caso de los plátanos se hizo estudios de otra plaga que ataca a este cultivo y que se llama picudo negro del banano. Se levantó información asociada a la biología de la plaga y lo más importante fueron los manejos para la obtención de hijuelos sin presencia de picudos lo que implicó el desarrollo de plantas sanas hasta obtención de frutos. Además, para su control se  utilizó feromona para la atracción de machos y de esa forma se disminuyó la presencia de la plaga en los predios.

De este modo, podemos decir que se logró instalar un modelo de producción de hortalizas y frutales  involucrando a alrededor de 100 familias de Rapa Nui con el único desafío que los agricultores avancen hacia la generación de una producción de alimentos limpios y con un valor diferencial de exclusividad y calidad fundada en procesos naturales y biológicos, disminuyendo agroquímicos y preservando la diversidad biológica de la isla además del cuidado de los recursos suelo y agua.

Esta iniciativa, implicó la instalación de parcelas demostrativas en diferentes sectores de la isla donde se implementó un conjunto de prácticas y herramientas como control cultural, biológico, físico y químico,  utilización de biocontroladores y plaguicidas biológicos.

Se respetó la realidad y prácticas habituales de cada productor respecto de la forma cómo ellos gestionan sus cultivos. En base a ese conocimiento se fue trabajando en reconocer las plagas y enemigos naturales presentes en los tres cultivos: piña, camote y plátano, correspondiente a los más importantes con que trabajó el equipo técnico en este territorio.

Natalia Olivares comenta: “esperamos haber contribuido a mejorar el manejo de plagas en Rapa Nui generando un equilibrio donde las plagas, sus enemigos naturales y todas las herramientas que enseñamos se integren en un conjunto armónico capaz de adaptarse al cambio climático”.

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