El canal Beagle es un estrecho pasaje ubicado en la Región de Magallanes y Antártica Chilena, en el extremo sur de América, que conecta los dos océanos más grandes del planeta: Pacífico y Atlántico. Mide 270 kilómetros de largo, alberga una gran biodiversidad marina y sus aguas son compartidas por Chile y Argentina. Pese a su importancia cultural, científica y geopolítica, existe poca información respecto de su hidrografía.
A raíz de lo anterior, un equipo de científicos del Centro de Investigación Dinámica de Ecosistemas Marinos de Altas Latitudes (IDEAL) de la Universidad Austral de Chile (UACh) llevó a cabo la primera evaluación integrada de las principales características oceanográficas del canal Beagle. Para desarrollar este trabajo, los investigadores se basaron en observaciones oceanográficas de cruceros científicos recientes, datos de instrumentos instalados en el área y análisis históricos.
“Gracias a esta investigación, se logró generar el documento más completo que se tenga a la fecha de la hidrografía del canal, lo que nos ayuda a entender cómo es su estructura. Analizamos cerca de 20 años de datos”, explica el oceanógrafo, líder de la investigación y académico del Instituto de Ciencias Marinas y Limnológicas de la UACh, Dr. Ricardo Giesecke.
El trabajo científico, realizado en colaboración con el Centro Austral de Investigaciones Científicas del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CADIC, Argentina) logró establecer la presencia de subcuencuas o secciones a lo largo del canal Beagle con una alta resolución espacial. El estudio muestra la importancia de las morrenas glaciares formadas durante la última glaciación, las que subdividen el canal, generando una retención en la circulación de masa de agua profundas provenientes del Pacífico. Por otra parte, se observa el impacto que tienen los deshielos provenientes de la Cordillera de Darwin en la estructura de la columna de agua, lo que influye en la distribución de nutrientes y el desarrollo de comunidades de microalgas.
La investigación, además, arrojó que el canal Beagle no presenta condiciones de hipoxia. La cuenca está completamente oxigenada desde la superficie hasta el fondo marino.
“En Chile tenemos escasa información respecto de lo que ocurre en el canal Beagle. Se han hecho pocos cruceros a la zona. A raíz de ello y dado que es una zona de gran biodiversidad marina, se torna fundamental fomentar instancias de colaboración científica con Argentina, debido a que ambos países comparten aguas y recursos”, asegura el Dr. Giesecke.
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