Aún no se terminaban las celebraciones de Fiestas Patrias y un grupo de reclusas del Centro de Cumplimiento Penitenciario (CCP) de San Antonio ya estaban creando diversas figuras navideñas para vender entre sus compañeras y visitas. Y es que el dinero que logran reunir lo destinan a ir en ayuda de sus familias.
Estas mujeres forman parte del taller de vellón (lana de oveja sin hilar) que se desarrolla semanalmente en la sala multiuso, hasta donde las internas llegan con sus lanas de colores y agujas para fieltro. Es allí donde dejan que la imaginación las guie y convierta la lana en hermosas creaciones.
Hoy por hoy las figuras de Navidad ya comienzan a predominar entre las obras de las reclusas. Monos de nieve, árboles de Navidad y viejos pascueros están predominando, dejando en segundo lugar a muñecas y mascotas.
Sandra Campos es una de las alumnas del taller. Para ella se trata de una iniciativa “innovadora, que nos ha hecho súper bien. Nunca había visto esto y me encantó. Hago hartas figuras y son varias las personas que me las compran, aunque realmente es un poco caro. Me gustan las figuras pero en especial las más pequeñas y me encantaría poder mostrarlas en una exposición”.
Sandra reconoce que en un principio le costó porque “como se trabaja con una aguja nos pinchábamos demasiado, pero luego tomamos el ritmo. Todo lo que se aprende es bueno para uno y sirve para reinsertarse”.
El trabajo realizado por este grupo de mujeres no ha pasado desapercibido para el jefe del CCP de Los Andes, teniente coronel Jonny Avilés, quien apoya este tipo de iniciativas que entregan nuevas herramientas laborales a quienes hoy han perdido la libertad.
“Como Institución vamos a seguir impulsando cada uno de los proyectos que ayuden a quienes hoy están bajo nuestro alero y siempre les daremos la posibilidad de crecer y obtener las herramientas para que cuando salgan en libertad puedan reinsertarse en la sociedad. Este taller no solo les da una herramienta, también las hace crecer como personas y les dice a ellas que son importantes para nosotros”, afirmó el alcaide de la unidad.
Puro Amor
El primer taller de vellón fue realizado por una profesora externa a la unidad, quien durante tres meses compartió con las mujeres y les enseñó los primeros pasos de esta técnica. Sin embargo, una vez culminado el curso las internas querían seguir aprendiendo y participando. Fue ahí donde Ghislaine Garín, jefa del área técnica del CCP sanatonino, decidió ir en ayuda de sus internas y transformarse en profesora.
Si bien su puesto le implica una importante carga de trabajo, redobla sus esfuerzos y así logra tener el tiempo necesario para impartir el taller, donde, además, esta psicóloga escucha los problemas e inquietudes de sus alumnas y transforma la clase en una verdadera terapia colectiva.
“En mi casa busco diseños, hago figuras y luego las traigo a las clases y les enseño a ellas como crearlas. Trabajamos en conjunto y se genera un ambiente muy enriquecedor. Las escucho y conversamos sobre nuestras vidas… hemos creado un espacio de mucha intimidad que realmente quiero y me hace muy bien”, reconoce Ghislaine.
Así, por medio del trabajo en conjunto, y poniendo el amor por delante, se generan nuevas oportunidades para las mujeres de San Antonio.