Manzanos, ciruelos, plantas medicinales y ornamentales forman parte de la huerta que mantienen los privados de libertad que forman parte del Centro de Tratamiento de Adicciones (CTA) del Complejo Penitenciario de Valparaíso. Hasta estas dependencias llegaron funcionarias del municipio porteño para capacitar a los internos.
Las dos mujeres, integrantes del Programa de Huertas Comunitarias, efectuaron un taller teórico-práctico enfocado, entre otras temáticas, en almácigos y compostaje. En la actividad participaron los 20 privados de libertad atendidos por el CTA, quienes, además de adquirir conocimientos sobre el cuidado de distintas plantas y árboles, pudieron resolver sus dudas al respecto.
La coordinadora del equipo municipal, Margaret Salinas, sostuvo que: “Hicimos un taller que tienen que ver con el proceso de producción de almácigos, que va a ser la etapa previa para que ellos después puedan hacer cambio de temporada y después de lo que cosechen poder plantar nuevamente. (El taller) consta un poco del acercamiento de las plantas, de la medicina natural, a las personas. Además, trajimos plantas comestibles que son las que van a plantar en el huerto para cosecharlas después”.
El éxito del taller queda demostrado en las palabras de Cristian Moya, joven de 24 años.
“Para mi esto es una experiencia fundamental para mi vida porque es algo que me puede enseñar para más adelante hacerlo en mi hogar, porque no voy a estar toda la vida en un centro penitenciario. Lo veo para más adelante hacerme una verdulería o florería. Llevo un año en el centro de tratamiento de drogas y todo el año lo hice plantando y fue como una rutina para poder despejar mi mente, olvidarme que estaba preso. Era como que no estaba preso y por eso es bueno”.
El Centro atiende a privados de libertad con consumo problemático de alcohol y/o drogas. En el recinto son intervenidos de forma individual y grupal por el equipo compuesto por una trabajadora social, una psicóloga y una técnico en rehabilitación.
Eduardo Rodríguez, director del CTA, destacó que: “La colaboración de Huertas Comunitarias viene a ser un gran aporte y complemento de los objetivos terapéuticos del programa, ya que es una actividad terapéutica en si misma, que brinda a los usuarios un adecuado uso del tiempo libre, la posibilidad de contar con una actividad laboral, con dinámicas de fortalecimiento de las relaciones interpersonales y de trabajo en equipo. Todas son herramientas que, además de fortalecer el tratamiento de cada usuario, pretenden facilitar una adecuada reinserción social a futuro”.
Los ejes abordados por los profesionales de Gendarmería con los privados de libertad se encuentran patrón de consumo, trastornos mentales y físicos o mórbidos, dimensión criminológica y redes de apoyo y de integración social.