Cerca de 250 estudiantes, pertenecientes a 8 establecimientos educacionales de la Corporación Municipal de Quilpué, se encuentran participando actualmente en clases de natación en la piscina de la Universidad Andrés Bello de Viña del Mar, a través del programa “Aprender a Nadar 2022”.
La iniciativa, que forma parte de un convenio de colaboración entre la UNAB y CMQ, permite a estudiantes de 3°, 4°, 5°, 6° y 7° básico participar en esta innovadora iniciativa, la cual había quedado suspendida a raíz del estallido social y posteriormente la llegada de la pandemia por Covid-19.
“Estamos muy felices que nuestros estudiantes puedan formar parte de este gran proyecto que complementa dos importantes áreas, como lo son la educación y el deporte. Sabemos que a raíz de la pandemia muchos de nuestros niños, niñas y adolescentes habían vuelto a clases presenciales con un poco de estrés y ansiedad, por lo que este tipo de instancias nos parecen muy positivas para poder abordar temas tan importantes como la educación socioemocional”, comentó la alcaldesa de Quilpué, Valeria Melipillan.
Cabe destacar que, a través de este convenio, no sólo se desarrollan habilidades técnicas de la natación en niños y niñas, sino que además se contribuye a mejorar los procesos de convivencia escolar, autoestima y aspectos valóricos entre los participantes.
“El objetivo principal se centra en brindar un abanico de oportunidades de desarrollo, vinculación y crecimiento en un medio (muchas veces esquivo) como lo es una piscina semi olímpica con todas las condiciones y al mejor estándar. Esta muy abocado a poder potenciar todos los elementos que tienen que ver con lo socioafectivo, es un punto transversal en el aprender a nadar, producto de la pandemia de todo lo que se disparó con relación a los índices de obesidad, así que está muy vinculado a eso”, dijo Mauricio Riquelme, docente CMQ y coordinador del programa.
Desde la Universidad Andrés Bello, explicaron que durante las primeras clases se realizan evaluaciones para diagnosticar las habilidades acuáticas de cada niño/a, considerando acciones como desplazarse en el agua, respirar, flotar, lo cual es monitoreado por los estudiantes de la carrera de entrenador deportivo de la Universidad, quienes además realizan un acompañamiento permanente con cada uno de los participantes.
“Los escolares que son parte del programa vienen motivados, ansiosos, con muchas ganas de participar y eso se transmite, esa energía se proyecta a los estudiantes UNAB. La alegría y disposición de ellos se repite desde el inicio del programa (año 2014) y eso también nos da mucha fuerza para seguir potenciando y fortaleciendo cada vez más esta gran experiencia académica, pedagógica que involucra a toda la comunidad educativa”, mencionó Martín Reyes, director de la carrera de entrenador deportivo de la UNAB, Viña del Mar.
Sumado a esto, el director agregó que “este largo tiempo de espera, también nos permitió visualizar lo importante que son estas prácticas académicas en la formación de nuestros estudiantes. Cada semana, cada sesión de clases que se realiza en el programa aprender a nadar, se viven experiencias únicas generando procesos pedagógicos dinámicos que permiten ver parte de la realidad educativa del país y apoyando fuertemente la formación de nuestros estudiantes”.