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Como uno de los hitos más significativos del proceso de escolarización del primer ciclo de educación básica de quienes están privados de libertad, el Colegio Juan Luis Vives que funciona al interior del Complejo Penitenciario de Valparaíso, realizó la actividad “Mi Primera Lectura”, con la participación de los internos estudiantes 1° a 4° año, quienes mostraron los avances de su aprendizaje.
La actividad contó con la presencia del jefe interno de la unidad, mayor Danilo Millón, Director de la Escuela Juan Luis Vives, Orlando Álvarez y su sostenedora Sonia Álvarez, coordinadora educativa de la Dirección Regional de Gendarmería, Paulina Manque, representante de la Secretaría Regional Ministerial (Seremi) de Educación, encargada de Educación de Adultos, Jacqueline Van Rysseghem, además de funcionarios del área técnica del recinto, docentes e invitados especiales.
La jefatura de unidad destacó los esfuerzos institucionales por entregar acceso a nivelación de estudios a quienes están privados de libertad, a través de la labor de las Escuelas Penales y el Ministerio de Educación. Sobre lo que el coronel Álvaro Concha, Director Regional (s) de Valparaíso acotó “la educación es un derecho y desde Gendarmería se entrega la oportunidad de que quienes cumplen condena puedan terminar sus estudios; hay 3 escuelas penales y 1.125 internos de esa unidad en específico matriculados en cursos de nivel de educación básica, y media en modalidades científica-humanista o técnica profesional, lo que resulta fundamental para entregar una efectiva reinserción en la sociedad”.
La coordinadora educativa regional de la institución penitenciaria, Paulina Manque, se refirió a la realidad de esa escuela penal, en que 542 internos alumnos están en proceso de estudios, 32 de ellos cursando primer nivel básico. “Dentro de los ejes de intervención, la educación y trabajo son fundamentales; entonces promover la alfabetización de los internos, es uno de los hitos más importantes a realizar, que realza por cierto el trabajo de la Escuela Juan Luis Vives en esta oportunidad”, señaló.
El Director de la Escuela señaló sobre la labor de enseñanza, que hay incluso personas mayores que llegan a terminar su educación en reclusión, destacando igualmente el estímulo que para ello se requiere. “Sacarlos de la inercia, del que no se sientan capaces, eso es lo más difícil. Demostrarles que si pueden, que cuentan con respaldo de la autoridad educacional y de Gendarmería, que aprovechen esta oportunidad de estudiar que se les presenta”, dijo.
La psicopedagoga Evelyn Maldonado, explicó “la experiencia (de educación) con adultos es totalmente distinta, hay una disposición y motivación de ellos muy adecuada para el aprendizaje. Me siento satisfecha de los avances que he visto y logros que ellos mismos han tenido. Están en proceso de alfabetización, en primer nivel había alumnos que no reconocían las letras, que conmigo están iniciándose en la lectura y escritura, van leyendo paso a paso de manera más fluida, reconociendo palabras y frases”.
Testimonios
Uno de los participantes Iván, a sus 23 años se encuentra terminando el primer nivel básico y entregó su emotivo testimonio: “Antes no me gustaba el colegio, y acá he encontrado que ayuda en hartas maneras, para aprender a leer lo básico, sumar y restar, que es lo que a uno le sirve, para no ser ignorante”.
Rafael, de 29 años volvió igualmente a motivarse para terminar su educación elemental. “Para mí fue un logro, en la calle estudié, pero por problemas llegué hasta tercero básico y no estudié más, hasta el día de hoy. Ahora estoy estudiando y tratando de ser una mejor persona”, indicó.
Nunca es tarde para estudiar, es el mensaje que entregó Alejandro, quien a la edad de 43 retomó sus estudios y descubrió el don de la escritura. En simples palabras, contó en su primera escritura: “yo dejé de estudiar hace mucho tiempo”; a la vez que relató, en frases que salieron de la emoción, las ansias por generar un cambio de vida y volver a estar con su familia, hijos y nietos: “Reencontrarme con todo lo que dejé afuera”.
Escolarización
La educación básica de adultos se completa en reclusión en un periodo de tres años, periodo en que se intenta nivelar a alumnos que han dejado varios años de estudiar. Esta iniciativa está relacionada con programas pedagógicos especialmente dirigidos a quienes presentan deficiencias de escolarización y alfabetización, con cifra local de 889 matriculados en el 1° nivel básico.
A nivel nacional el registro de personas del sistema cerrado, es decir que están recluidas en unidad penal, que declara no tener instrucción escolar básica alcanza a 440, desagregadas en 371 hombres y 69 mujeres; en la Región de Valparaíso, esa cifra es de 45 personas, 37 hombres y 8 mujeres.
