La megasequía que afecta a la Zona Central del país desde 2010, debido al déficit de precipitaciones asociado al cambio climático, exige a la población el uso consciente de este recurso hídrico.
Por esta razón la reutilización de aguas grises surge como una práctica necesaria para el aprovechamiento de aguas residuales que se generan en el hogar, evitando el uso del agua potable, por ejemplo, para el riego de plantas o limpieza.
Así lo aseveró la coordinadora docente de Pedagogía en Química y Ciencias de la Universidad de Playa Ancha (UPLA), doctora Cecilia Rivera Castro, especialista en análisis y evaluación de calidad de recursos hídricos. “Las aguas grises son las de uso doméstico que generamos todos los días, y representan un 70% del consumo diario. Un ejemplo de ello es el agua de la lavadora, la ducha o del lavaplatos, las cuales todavía pueden ser reutilizadas, principalmente para regadío, con un tratamiento primario que es pasar el agua por gavilla, arena o usar un filtro. Importante es que se diferencian de las aguas negras -derivadas del inodoro-, que contienen excremento y están contaminadas con Escherichia coli, y no pueden ser reutilizadas. La mezcla de ambas aguas es lo que conocemos como aguas servidas y que se van al alcantarillado”.
En vez de que las aguas grises se pierdan, agregó la académica UPLA, se les puede dar un segundo uso, incluso sin tratamiento previo, en el lavado de autos y riego de jardines, teniendo precaución en este último caso de emplear detergente biodegradable en la lavadora. Con ello se libera a los acuíferos existentes para el consumo humano y se les ayuda a su recarga.
AGUA DE LLUVIA
Y cuando llueva -continuó Cecilia Rivera- recolecte esta agua, porque es el más importante recurso para reutilizar tanto en el riego como para nuestro consumo.
“Basta con poner canaletas en los tejados de nuestras viviendas y un contenedor limpio que la recolecte. Se debe tener presente que para que no se contamine, el agua debe mantenerse siempre tapada y a la sombra. Estas aguas son ideales para regadío, pero si la quisiéramos consumir, primero hay que desinfectarla de la tierra y de microorganismos que pudo arrastrar. Para ello se utiliza el cloro común, hipoclorito de sodio al 5%, y basta con una gota de cloro por litro de agua. Si tuviéramos contenedores de mil litros sería necesario agregar 10 tapas de cloro, revolverla y esperar 30 minutos antes de ser consumida”.