Consciente de que Chile vive uno de los momentos más críticos de los últimos 30 años, el director del Departamento de Historia de la Universidad de Playa Ancha (UPLA), Aldo Meneses Inostroza, no duda en afirmar lo complejo que será determinar lo que se contará respecto a lo que hoy atraviesa nuestro país, y desde qué visión.
“Todos sabemos que la historia, por parte de los gobiernos es manipulada ideológicamente. Más allá de que la ministra salga diciendo que se va a prohibir el manejo ideológico, todos tienen un sello. Del momento que usted corta el currículo y dice vamos a enseñar esto, ya lo está manejando ideológicamente, porque si uno mira los textos de historia del tiempo de Bachelet, se habla sobre las minorías, el respeto, la igualdad de género, etc., pero si uno mira los textos de ahora, se habla sobre la clase burguesa, sobre las bondades del capitalismo, entonces de qué estamos hablando?”.
Por lo anterior, advierte que el gran desafío de los historiadores será recoger la mayor cantidad de visiones posible, la que luego deberán enseñar los educadores. En este contexto, reconoce que las universidades están obligadas a replantearse el Chile contemporáneo, a fin de determinar cómo se enseñará a los futuros profesores de aula.
Rol de los Jóvenes
El académico asegura que Chile siempre se ha caracterizado por las movilizaciones sociales, en las cuales los grandes protagonistas han sido los jóvenes, quienes sin temor alguno y con una gran claridad de lo que ocurre, son capaces de decir basta y manifestarse abiertamente, porque no tienen miedo, y su generación no está “resignada” a vivir en un modelo neoliberal, de consumo basado en el endeudamiento, en una sociedad excesivamente individualista, donde vale más el tener que el ser.
A modo de ejemplo, menciona la revolución pingüina que, más allá de las reformas en educación que exigió, fue un movimiento que no empezó en Santiago, sino en Concepción, en un liceo industrial, donde los estudiantes ni siquiera tenían cables para hacer sus trabajos prácticos. Esta decisión de reberlarse frente a su realidad, se vio también en el Instituto Nacional, en el colegio Carmela Carvajal, y acá en Valparaíso en el Liceo Eduardo de la Barra.
“Los chicos, muchos de ellos empezaron a tener conciencia de clase cuando entraron al colegio. Y ya son contestatario en cierta forma…..al chico le interesa manifestar su opinión y dice , sabe, yo pienso esto y no me voy a quedar callado hasta que esto valga la pena. Ese es el punto y eso en los colegios se ha visto”, dijo Meneses.
Agrega que ellos se dan perfectamente cuenta de lo que la sociedad vive hoy. Se dan cuenta de que hay una clase media empobrecida, endeudada, que vive y se alimenta con las tarjetas de crédito. El joven de hoy –afirma el docente- ve que falta la plata en la casa, ve las pensiones que reciben los jubilados y sabe que, como sociedad, aún no se ha logrado nada.
Aldo Meneses destacada, además, que el gran aliado que han tenido los jóvenes en esta rebelión social son las redes sociales, que no solo han servido para la coordinación o convocatorias, sino como registros, pues hoy, cada uno es una fuente de información, con videos, fotos en Instagram, en Twitter. Los chicos –dice- cuentan su propia historia, por eso la televisión chilena viene a la baja, especialmente con la penetración de internet, porque cuentan una realidad diferente y sesgada.