En una ceremonia que fue transmitida por streaming y en que las autoridades participaron mediante la plataforma Zoom, Aldo Valle dejó este jueves 2 de julio el cargo de rector de la Universidad de Valparaíso, tras tres períodos de ejercicio, sumando doce años a la cabeza de la institución. En la misma ocasión, y de acuerdo a los marcos reglamentarios, asumió como rector subrogante Christian Corvalán, quien hasta el momento se desempeñaba como prorrector.
El acto fue encabezado por Gerardo Donoso, presidente de la Junta Directiva de la UV, y contó con la asistencia de Christian Corvalán, prorrector; Cristián Moyano, contralor interno; Carlos Lara, secretario general, y el propio Aldo Valle.
Estuvieron presentes de manera virtual autoridades académicas y de servicios centrales de la UV, académicos y estudiantes, además de invitados especiales. Le enviaron saludos el ministro de Educación, Raúl Figueroa; la ministra de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, Consuelo Valdés; el senador Juan Ignacio Latorre; la senadora Yasna Provoste; el alcalde de Valparaíso, Jorge Sharp; el senador Ricardo Lagos Weber; el presidente del Consejo Regional del Colegio Médico, Ignacio de la Torre; el diputado Gabriel Boric; el senador Carlos Montes; la expresidenta del Consejo de Defensa del Estado, María Eugenia Manaud, y el filósofo italiano Nuccio Ordine, doctor Honoris Causa por la UV.
Despedida a un rector, bienvenida a un amigo
Al hacer uso de la palabra, el presidente de la Junta Directiva, Gerardo Donoso, junto con dar la bienvenida y agradecer la presencia de todos, explicó que el proceso de sucesión del rector Aldo Valle, quien es reemplazado desde este viernes 3 de julio por el hasta hoy prorrector, Christian Corvalán, se realiza de esta forma por cuanto no fue posible desarrollar el proceso eleccionario, que estaba convocado para los días 24 y 25 de marzo, y que debió ser pospuesto debido a la pandemia que afecta al país.
Asimismo, afirmó, “por las circunstancias que vivimos, lamento profundamente que el término del período del rector Valle deba hacerse de este modesto modo, que por supuesto contrasta absolutamente con su masiva y contundente obra. Obra de no sólo los últimos cuatro años, sino de una etapa muy productiva de la Universidad en estos últimos doce años. Y así culmina este período, dejándonos el rector Valle un importante y valioso legado. Nos deja una Universidad más moderna, sana, consolidada, próspera y prestigiada; no por ello podemos caer en la complacencia, sin duda, pero podemos decir que la Universidad hoy día se encuentra en una excelente posición, en muy buen pie para continuar con su tarea de desarrollo y de crecimiento, basado fundamentalmente en el espíritu de mejoramiento continuo en que nos hemos inspirado”.
Destacó que Valle asumió en 2008, “y se encontró con una Universidad financiera y técnicamente quebrada, académicamente paralizada, humanamente desmoralizada y con una imagen bastante deplorable”, siendo entonces un lamentable símbolo de la educación superior. Fue, dijo, “en este estado de destrucción en que el rector, junto a todos ustedes, la comunidad de la Universidad de Valparaíso, tuvieron que iniciar la reconstrucción”.
Así, dijo, la gestión de Aldo Valle fue muy destacada, y subrayó algunos logros a modo de ejemplo: la UV fue pionera en revisar sus estatutos orgánicos y el dictar un reglamento contra el acoso sexual y una política de relaciones interpersonales; se modernizó y adecuó el Reglamento Orgánico; en materia de gestión, la UV pasó de tener un presupuesto de 50 mil millones a uno actual de cien mil millones, y de un índice de endeudamiento que comprometía prácticamente todo el patrimonio de la UV a uno actual de 0,4 por ciento, lo que deja a la institución en un excelente pie financiero, quizá uno de los mejores del país, con un patrimonio de 125 mil millones de pesos.
Destacó el trabajo armónico con Contraloría Interna, organismo que depende de la Junta Directiva, y que se modernizó y consolidó en este período. Igualmente, se refirió al avance en lo académico, con una acreditación por cinco años en las cinco áreas, “aunque merecíamos holgadamente habernos acreditado por seis años”, a lo que se suma la acreditación de las carreras, la creación de dos facultades ‒Ingeniería y Ciencias Sociales‒, y grandes avances en investigación y asociatividad con entidades de relevancia, como es el caso de los institutos Max Planck. En infraestructura, dijo, se pasó de cien mil a 160 mil metros cuadrados, incluyendo la adquisición de edificios emblemáticos y la construcción del Centro Integral de Atención al Estudiante, CIAE.
Tras valorar el trabajo de Aldo Valle en el CRUCh y el CUECh, Donoso destacó sus “cualidades de gran intelectual”, subrayando su prudencia y las excelentes relaciones que mantuvo con la Junta Directiva, y deseándole éxito en sus actividades futuras. “Siento que despido a un muy buen rector, pero también le doy la bienvenida a un muy buen amigo”, afirmó.
Luego, Gerardo Donoso dio la bienvenida al rector subrogante, quien asume “en tiempos muy difíciles, precedidos de demandas sociales, de una política desorientada y de una pandemia cuyo fin y magnitud de consecuencias desconocemos absolutamente. Los peligros de menores ingresos, de mayores costes y morosidad son una amenaza cierta, por lo que creo deberás desplazar esta nave con un timón muy firme y con los ojos muy puestos en el ecosonda”. Valoró las capacidades y virtudes de Christian Corvalán, así como de su alto conocimiento de la Universidad de Valparaíso y de la educación superior en general.
Convicción de servir a grandes ideales
Al dejar el cargo, Aldo Valle destacó que “ha sido un orgullo y una gratificación que con toda seguridad colmará mis recuerdos a medida que avancen los años. No ha sido una carga ni lo he vivido como un sacrificio personal, sino como una responsabilidad por la que opté hace ya doce años, con la convicción y decisión que se necesitaba”.
Expresó que “no presumiré hacer sabido cuánta complejidad y tensiones debería enfrentar, pero en más de una vuelta del camino que he debido hacer, aprendí que las causas más nobles que hacemos nuestras son aquellas en que estamos dispuestos a aceptar la derrota, pero estas son también las que más reconfortan el espíritu si, además, después de asumirlas podemos agregar una dosis de gratificación, como ciertamente me ocurre a mí”.
Siguió señalando: “Durante todos estos años, al trabajar por la UV y la educación pública, siempre tuve la convicción de que servía directamente a grandes ideales de nuestra cultura, y que la universidad como institución, a partir de su misión y propósitos más propios y distintivos, nos da nada menos que ese privilegio de contribuir a que muchos otros se cultiven, se formen como profesionales, investiguen, estudien o imaginen una forma, una explicación o un concepto nuevos”.
Valle recordó su trabajo en el Consorcio de Universidades del Estado y en el Consejo de Rectores de las Universidades Chilenas, a través del cual logró, con el respaldo institucional, mejorar la situación de la educación superior estatal en el país. En este sentido, agradeció el trabajo de toda la comunidad de la UV, a la Junta Directiva, al Consejo Académico Ampliado, a las autoridades del nivel central y directivos de las distintas áreas y a todas las personas que colaboraron en su tarea. Y haciendo una excepción a su conducta habitual, agradeció el apoyo de su familia, su esposa y sus hijos e hijas, “porque sin su apoyo y comprensión todo habría sido muy difícil”.
Finalizó diciendo que “me esforcé en estos doce años para que llegado este día no tuviera una vergüenza que esconder, de esas que golpean en el fuero interno. No todo fue como hubiese querido, y soy el primero en decir que no fui ‘ni tan inteligente ni tan acertado’, ni tan oportuno en algunos casos. Lo que quiero decirles es que cuidé siempre la rectitud de mis actos y decisiones; siempre busqué evitar la arbitrariedad o que el prejuicio o cualquier animadversión respecto de personas o grupos determinados influyeran en el ejercicio de mis atribuciones como rector. El deber de la rectitud en el obrar es a mi juicio el honor más importante que podemos hacer a los demás, y el deber del que nunca, ojalá, tuviéramos que excusarnos. Los resultados o indicadores cuantitativos pueden ser opinables y calificados de modo distinto, pero ese otro juicio, el que refiere al esfuerzo por la rectitud del obrar, me interesó siempre, y mucho más, en estos doce años”.
Rector subrogante
Tras la intervención del contralor interno, Cristián Moyano, quien dio cuenta de la legalidad del acto en curso, y la posterior lectura del decreto correspondiente por parte de Carlos Lara, secretario general y ahora prorrector, el rector subrogante de la UV, Christian Corvalán, hizo uso de la palabra.
Señaló Corvalán que “en este día, al igual que lo hace hoy el rector Aldo Valle, quienes le acompañamos en estos años deberíamos dejar nuestros cargos para dar paso a nuevas autoridades, encabezadas por un rector electo por sus pares. Así lo habíamos planificado y esperábamos que en ese contexto se desarrollara un necesario y amplio debate democrático al interior de nuestras comunidades para que, en base a las mejores y más pertinentes ideas, arraigo, credibilidad y liderazgo, eligiéramos a la persona más calificada para asumir la difícil tarea de la rectoría. Sin embargo, la realidad nos puso un camino algo más complejo. La pandemia mundial derivada del coronavirus nos llevó por un derrotero inesperado, que implicó la postergación de las elecciones para un momento futuro, en que se den las condiciones sanitarias para su desarrollo y así se garantice una amplia participación”.
Por ello, dijo, “en virtud de la ley, los estatutos y reglamentos de nuestra institución, asumo hoy como rector subrogante. Lo hago con el firme compromiso de hacer el máximo esfuerzo porque este período de transición garantice las condiciones para que podamos, en el breve plazo, contar con un nuevo gobierno universitario”.
Junto con expresar que su empeño estuvo concentrado en concretar los planes y proyectos del rector Valle, indicó que “somos parte de un proyecto académico, que entiende a la universidad como un lugar en el que confluyen diversas corrientes de pensamiento y visiones de mundo que la conciben como un actor relevante en su entorno. Ha sido un largo camino, con muchas dificultades, pero me atrevo a decir que uno de los más exitosos que ha tenido la Universidad en su centenaria historia. No tengo dudas que el desarrollo académico y material experimentado por la institución en estos años será juzgado de ese modo, y todas y todos habremos sido parte de ese esfuerzo que lideró nuestro rector”.
En cuanto al trabajo que empieza a desarrollar, en contexto de pandemia nacional y mundial, Corvalán dijo que “no será fácil, y seguramente tendremos que hacer sacrificios, dejar de lado ciertas actividades y proyectos que abrazamos con entusiasmo, pero tenemos un bien superior, que es el cuidado y bienestar de toda la comunidad de la Universidad de Valparaíso”.
Expresó que aunque la propuesta formativa de la UV se concreta en el aula, “las circunstancias nos han obligado a la virtualidad, la que hemos asumido porque entendemos que hoy es la mejor forma de dar cumplimiento a nuestro compromiso. Por ello, y en vista de las circunstancias, la rectoría ya anunció que el segundo semestre se iniciará de esta manera, tal como lo acordó el consejo académico. No obstante, estamos trabajando intensamente para poder, en cuanto la pandemia aplaque, retomar aquellas actividades presenciales, que cada unidad académica defina de acuerdo con sus perspectivas disciplinares y con apego a las directrices de la Vicerrectoría Académica”.
Asimismo, afirmó, “enfrentar la pandemia desde una institución pública, como la nuestra, nos obliga a desarrollar de la mejor forma posible nuestras tareas académicas. Sabemos que esta situación ha trastocado nuestras vidas, confunde, genera ansiedad e incertidumbre, pero la hemos sobrellevado con plena conciencia del deber que portamos, que no podemos perderlo todo y darnos por derrotados, ya que estamos obligados a aportar desde nuestra vereda, para evitar mayores pérdidas en los proyectos vitales de estudiantes, académicos, académicas, funcionarios y funcionarias”.
Junto con agradecer el trabajo de académicos y académicas, profesionales y técnicos y personal de servicio por su trabajo, señaló que “asumir esta responsabilidad en este histórico momento ciertamente es desafiante. Cuenten ustedes con todas mis capacidades y empeño en ello. Esta crisis ha dejado en evidencia la fragilidad de las condiciones de existencia de millones de hombres y mujeres, resultado de un modo de vida que se asentó en las últimas décadas, de un culto al individualismo que nos cegó, y que nos hizo, ‘ciegos que, viendo, no ven’, como relata Saramago en ‘Ensayo sobre la ceguera’. Por ello, este momento debe hacernos reflexionar sobre el verdadero sentido de ser una comunidad, no sólo en la Universidad, sino que en todos nuestros entornos, donde se requiere antes que nada cohesión social, para que desde allí identifiquemos nuestras necesidades comunes sin dejar de lado las legítimas diferencias”.
Finalizó Christian Corvalán afirmando que “el cuidado y el futuro de nuestra casa de estudios es responsabilidad de todos y todas, y tenemos la obligación de contribuir a ello, desde nuestros distintos roles institucionales: de académico y académica, de funcionarios y funcionarias, de los y las estudiantes. Juntos saldremos adelante”.