Ironías del destino. Lo hace feliz el cultivar el famoso ají “rabioso” – planta híbrida que se caracteriza por su gran tamaño, productividad, color amarillo intenso y principalmente por su sabor picante – que se ha ganado el respeto en el mercado nacional y local.
Se trata del valdiviano Gregorio Antío Curín (75) que llegó, siendo un adolescente, al sector de Pocochay en la comuna de la Cruz, donde – junto con conocer a quien sería su esposa – comenzó a dedicarse en cuerpo y alma a trabajar la tierra, donde se ha especializado en el rubro hortalizas, específicamente pimentones y ajíes.
“Me he dedicado a la agricultura toda la vida, cultivo “ají rabioso”, pimentones y también flores de distintas variedades, principalmente astromelias. He recibido el apoyo de INDAP, primero a través del Prodesal y ahora, desde hace un par de años, con el SAT de hortalizas donde recibo asesorías técnicas para mejorar los cultivos de mis 22 invernaderos”.
El ají se ha transformado casi en la especialidad de este agricultor crucino que se dedica hace unos cinco años al cultivo de esta planta, en variedades como el “ají inferno” y el “ají rabioso” que se consume mucho en restaurantes como producto gourmet, asegura este emprendedor. La planta es ideal para producciones bajo plástico en primavera y verano y tiene entre sus características el ser muy productiva. Mide entre 20 y 22 centímetros de largo y de 4 a 5 centímetros de ancho.
“Para su cuidado se prepara la tierra, se abona y tengo riego tecnificado para todos los cultivos y con el apoyo de los asesores estamos tratando de implementar técnicas sustentables para tener un cultivo más sano”, explica este emprendedor.
Programa de Riego
A los beneficios que ha recibido don Gregorio Antío, se suma el apoyo del programa de riego de INDAP que permitió la profundización de su pozo y este año el mejoramiento de un tranque acumulador de agua lo que aseguró el recurso hídrico para el desarrollo de su sistema productivo:
“He recibido créditos y me he adjudicado proyectos para techar las naves y comprar las plantas. Los últimos proyectos fueron el acumulador y el pozo lo que me sirvió para enfrentar la sequía. El apoyo ha sido bueno y he salido adelante gracias a INDAP que ha sido un pilar para mí y para este emprendimiento familiar donde trabajamos con mi esposa y uno de mis tres hijos”.
La comercialización de su producción, que alcanza las 800 cajas entre pimentones y ajíes – unos 16 mil kilos por temporada – la realiza a través de intermediarios que la distribuyen a ferias y mercados de Santiago y de la región de Valparaíso.
Al respecto, el director regional de INDAP, Helmuth Hinrichsen, comentó que: “queremos potenciar el trabajo de los pequeños agricultores de la región y para eso estamos fortaleciendo su desarrollo productivo a través de distintas líneas de apoyo como el programa de riego, que en este caso permitió mejorar la seguridad de riego de este agricultor. Con esto el Ministerio de Agricultura a través de INDAP busca acortar las brechas de desigualdad en el mundo campesino mejorando la productividad, e impulsando y fortaleciendo el desarrollo de la agricultura familiar campesina”.
Dato
El cultivo del ají, planta originaria de América Central y del Sur, se remonta a más de 6000 años, precediendo incluso la invención de la alfarería.
El fruto de la mayoría de las variedades picantes de ají contiene altos porcentajes de capsaicina y otros compuestos similares, colectivamente llamados capsaicinoides, mientras que las variedades no picantes carecen de ellos.
El ají tiene un uso muy extendido como condimento. Actualmente se consumen frescos, fritos o asados, en conserva y en polvo. Es un ingrediente tradicional en las cocinas de México el Caribe, Tailandia, Perú, Chile y Bolivia.