Centro de Apoyo Educativo Ecológico de La Calera es uno de los ganadores de Impulso Chileno

“Desde pequeña recuerdo haber tenido dificultades para aprender y siempre tuve conciencia de eso, pero no me quedé atrás y fui creando técnicas para facilitar mi aprendizaje escolar al relacionar el humor, el juego o utilizando la tecnología disponible en ese tiempo”, cuenta la educadora de enseñanza básica, Nancy Camus, quien a sus 54 años está emprendiendo con un nuevo modelo educativo en apoyo al docente dentro de la sala de clases, con lineamientos pedagógicos efectivos, y a las familias que llegan al centro para aclarar dudas o aprender algún contenido o tarea.

En base a esas dificultades que tuvo que enfrentar desde niña, y ya ejerciendo como profesora, comenzó a crear materiales didácticos y educativos para facilitar el estudio de sus alumnos. Gran parte de ese contenido educativo se encuentra, actualmente, inscritos en el Instituto de Asuntos Públicos (INAP) como son las “tecleras artesanales”. Estas permiten al alumno responder entre tres alternativas, vía visual, una pregunta de conocimiento realizada por el profesor.

Sin embargo, luego de 15 años en el aula, Nancy dejó su trabajo para cuidar de su hija, Sendy Olivares, que sufría de constantes ataques de epilepsia. En ese período se dio cuenta que su hija experimentaba mejorías al tener contacto con los animales y haciendo eco de sus ganas de enseñar, instaló una “mascoteria” y convirtió su jardín en una microgranja. La venta de estos animalitos ayudaba al presupuesto familiar y al mismo tiempo permitía a Sendy desarrollarse mejor al sociabilizar con los clientes que llegaban al lugar.

“Paralelamente comenzaron las visitas de jardines y escuelas de los alrededores y yo, simplemente, los hacía pasar al patio de mi casa. Ahí me di cuenta lo que generaba en los alumnos y lo que significaba para ellos esta manera de obtener conocimientos”, cuenta la educadora. Y terminó por abrir ese espacio a la comunidad con diferentes especies como plantas medicinales, conejos, cuyes, peces y diversos tipos de hongos.

Decidió cerrar la mascotería, para dedicarse completamente a la microgranja. Así creó el Centro de Apoyo Educativo Ecológico cuyo valor agregado es instalar la semilla del cuidado ecológico por medio del aprendizaje. “El Centro de Apoyo Educativo Ecológico nace por la demanda de los niños por estar en contacto con la naturaleza. Les hago visualizar los 5 reinos del mundo animal, como mamíferos, peces, aves, hongos, bacterias y protozoos”, explica Nancy .

A través de su emprendimiento, los niños de diversos planteles educacionales pueden aprender jugando, a través de diferentes “kit autogestionados”, como ella mismo los bautizó. Es decir, paquetes educativos en el que se les enseña a los alumnos, de manera didáctica, a formar un microcosmos, volcán comestible o reacciones químicas para volar un cohete. También se puede arrendar algunos materiales como la amasandería, que contiene tabla de amasar, delantal, gorro y todos los insumos para amasar pancito en el aula, y el transgeo, lo cual permite desarrollar conocimientos de geometría y matemáticas desde prekinder a 4° medio.

Actualmente Nancy trabaja con jóvenes con discapacidad de la ONG “Yo también puedo”, quienes la ayudan y acompañan a las diferentes escuelas. «Ellos hoy aprenden huerto vertical regado gota a gota, también sobre plantas medicinales y el ahorro del agua, ya que estas habilidades serán usadas por los jóvenes en la búsqueda de oportunidades laborales en el futuro», destaca.

“Se trata de un nuevo modelo educativo que viene a apoyar el sistema actual. Son cosas novedosas que el docente no puede hacer por cuenta propia y, por lo tanto, yo los ayudo con el objetivo educativo y ellos a mí dando a conocer por el boca a boca mi emprendimiento”, cuenta Nancy, quien añade que continúa con el apoyo educativo en línea por medio de http://www.leyendo.cl http://www.didacticostic.cl

Nancy es una creativa innata. Por ello postuló a Impulso Chileno para crear otros tipos de implementos como, por ejemplo, un laboratorio móvil con microscopios para que los alumnos puedan visualizar las bacterias. Además, su idea también incluye generar un impacto social y contratar profesores jubilados para aumentar el equipo de trabajo y así llegar a más niños de la V región.

Impulso Chileno es un concurso de emprendimiento patrocinado por la Fundación Impulso Inicial, de Andrónico Luksic Craig y su familia, en colaboración con la incubadora Socialab y la Escuela de Administración UC. ¿Su objetivo? Apoyar a los emprendedores chilenos que tengan una idea o negocio para sacar adelante sus proyectos. En su segunda versión, el concurso premiará a los 60 seleccionados finales; los 20 primeros lugares recibirán $10 millones, los 20 que les secundan recibirán $5 millones y los 20 terceros serán beneficiados con $3 millones en financiamiento para su proyecto. Además contarán con el apoyo durante 6 meses de los mentores del MBA UC y clases con profesores de la Escuela de Administración UC. Impulso Chileno recibió más de 5.000 postulaciones, de las cuales se obtuvieron 200 semifinalistas. El 15 de octubre se dieron a conocer sus 60 finalistas. La final está programada para enero de 2020.

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