Tras el incendio de Viña del Mar, que dejó fallecidos, lesionados y miles de damnificados, el Ministerio de Salud activó en las zonas afectadas la estrategia de los Consultorios de Salud Mental COSAM móviles, para asistir a las víctimas de esta tragedia a través del Servicio de Salud y sus hospitales Fricke de Viña del Mar y de Quilpué.
En ese contexto, los dos COSAM móviles activados desde el Hospital Dr. Gustavo Fricke, realizaron un trabajo junto a las comunidades afectadas que se traduce en varias líneas de acción. El Dr. Humberto Pizarro, jefe del Departamento de Salud Mental del establecimiento, detalla que este trabajo también implica conectarse con la Atención Primaria para hacer seguimiento a los usuarios y usuarias.: “Ha sido una muy interesante experiencia desde el punto de vista de poder articular con el intersector, con la atención de salud primaria, que depende de la municipalidad, y haber podido llegar a distintos espacios de la comunidad, entiéndase clubes deportivos, iglesias, colegios, para poder hacer dos líneas de trabajo principalmente, una promocional, con talleres abiertos a la comunidad, y otra línea más terapéutica, dirigida a la población bajo control, que son aquellos pacientes que, debido a la severidad de su cuadro clínico, finalmente requieren un tratamiento a nivel de especialidad”.
Así, psicólogos, terapeutas ocupacionales, médicos, enfermeras, TENS, profesores de educación física, se desplegaron en diferentes niveles de atención en todos los territorios afectados, llevando la Salud Mental a todas partes. La coordinadora de estos dispositivos, Katherine Ibarra, explica que “donde más hemos tenido convocatorias es acá, Villa Dulce, en La Pradera y también en la sede Pedro de Valdivia. Sin embargo, también estamos realizando otras actividades en establecimientos educacionales como el Colegio Villa Independencia. Ahí se está realizando un taller de huerto escolar que lo realiza la terapeuta ocupacional. Y también esto forma parte de un ciclo de actividades que van en pos de la promoción y la prevención de la salud mental a nivel comunitario”.
Ejemplo de ello es el taller de yoga que se realiza regularmente en Villa Dulce. Hasta la Junta de Vecinos llegó don Eduardo Roldán y su esposa: “ha resultado muy beneficioso para el cuerpo, para la mente y todo este tipo de cosas. Va a ser difícil olvidar lo que vivimos, pero esto nos ayuda mucho. Así que feliz de haber estado aquí y haber compartido con las vecinas, porque somos todos vecinos al final”. Su vecina Tania Aravena agrega que “es una experiencia súper enriquecedora, porque desde lo que vivimos con el tema del incendio, el hecho de poder estar aquí nos ayuda a liberar la tensión, a sentirnos un poco más parte, a sentir que tenemos como una comunidad que sigue trabajando para que esto mejore. Y este también es como una vía de escape de esas angustias que hemos tenido en este último tiempo y poder decir, bueno, nos podemos levantar. Esto también es un cariñito que nos ayuda a sentir mayor energía y tener un poco más de tranquilidad y estar mucho más contentos”.
Joana Osorio, profesora de Educación Física de Salud Mental, explica que “queremos sacar a la comunidad un poquito desde lo que pasó en los incendios, desde los miedos, ellos están muy angustiados, para darles tranquilidad y conectar su cuerpo con su mente, que es algo que ellos todavía no tenían asociado hasta este momento”.