Ubicada frente a la plaza de Forestal bajo, Kardiofarma, la nueva farmacia popular, que surgiera como resultado del desarrollo del antiguo botiquín de medicamentos para pacientes cardiovasculares de la Fundación Dr. Jorge Kaplan, abrió sus puertas a la comunidad viñamarina y de la región con precios prácticamente al costo, y además, con servicios gratuitos de asistencia al paciente crónico, tales como, toma de presión arterial, examen de glicemia (hemoglucotest) e inyección de medicamentos.
“El objetivo de esta farmacia es que sea -en el fondo- un centro de salud que provea una atención integral de las personas afectadas por distintas patologías, para así mejorar su calidad y expectativa de vida, no solo con la adherencia a los tratamientos farmacológicos, sino también con la adhesión de estilos de vida saludables, en este sentido, habrá distintos profesionales de la Fundación dando consejos y apoyo. Tener esta farmacia era un proyecto muy antiguo de la Fundación, desde que creamos el botiquín cardiológico en el 2003 para conseguir medicamentos difíciles de encontrar y además, costosos, lo cual se transformó en un apoyo importante para los pacientes cardiacos, y sobre todo, un alivio en todo sentido”, indica el doctor Oneglio Pedemonte. Presidente de la Fundación Cardiovascular, Dr. Jorge Kaplan.
Kardiofarma está ubicada en calle Salvador Vergara 448, Forestal Bajo, a pasos del Hospital Dr. Gustavo Fricke de Viña del Mar, y atiende de lunes a viernes de 9 a 18 horas.
La Farmacia brinda atención gratuita de toma de presión y hemoglucotest cada lunes, miércoles y viernes de 16 a 17 horas. También realiza inyección de medicamentos: todos los martes de 15 a 16.30 en la Fundación.
Por su parte, la químico farmacéutica de Kardiofarma, Camila Guerrero, explica que el propósito de la farmacia “es vender medicamentos a precios muy económicos, a todo tipo de públicos, ya que ésta es una farmacia sin fines de lucro. La idea también de Kardiofarma es recoger la herencia del botiquín de la Fundación de tener los medicamentos específicos cardiológicos, o catastróficos como también se les llama, por su alto costo, para pacientes con patologías crónicas, es decir, medicamentos que las personas van a tener que tomar toda su vida, y por supuesto, llegar a cubrir la mayor cantidad posible de los requerimientos farmacológicos de la población y entregar siempre una atención integral y multidisciplinaria, a través de los distintos profesionales de la salud que tiene la Fundación”.