Destacada investigadora española dictó conferencia en UNAB sobre condición física y su relación con la salud cerebral y mental

“Nuestro estudio está centrado en el área de las neurociencias del ejercicio, que, precisamente, es lo que une el cerebro y el ejercicio, el cuerpo, el movimiento. Todo está fundamentado en que, al final, todos los órganos están unidos, y uno de ellos puede influir a otro. Lo que hacemos dentro del grupo de investigación es examinar cómo el movimiento, aplicando diferentes programas de ejercicios puede influir en el cerebro. Esto lo examinamos a lo largo de la vida de las personas”, señaló la Dra. Irene Esteban Cornejo, investigadora Ramón y Cajal de la Universidad de Granada, en España.

La doctora explicó que niños con sobrepeso-obesidad, comparado con sus pares que tienen peso normal, tienen peor función ejecutiva, menor cantidad de materia gris en el cerebro, que es clave para el procesamiento de la información y la memoria. “A niños con sobrepeso los sometíamos a un programa de ejercicio para ver si podían mejorar estas habilidades cognitivas. Lo mismo hicimos, por ejemplo, con personas durante el envejecimiento. Se sabe que el envejecimiento es una fase en la que hay un declive cognitivo natural y queríamos demostrar si algún tratamiento no farmacológico, como puede ser el ejercicio, podía ayudar a frenar o revertir incluso este deterioro cognitivo”, mencionó la profesional.

Niños y Obesidad 

La investigadora española dio a conocer los resultados de su estudio Active Brains, aplicado en 100 niños con sobrepeso u obesidad del sur de España. Los menores participaron en un programa de cinco meses de duración, que combinaba tanto ejercicios aeróbicos como de fuerza muscular. Las conclusiones apuntaban a una mejora en la inteligencia de estos menores, particularmente la flexibilidad cognitiva.

“Siempre vemos a los niños sentados durante las clases, pero se ha visto que hacer un programa de ejercicio en los colegios puede mejorar este rendimiento académico en ellos”, aseveró Irene Esteban-Cornejo. 

Ejercicio y Alzheimer 

La doctora indicó que, en cuanto a la última etapa de la vida y la enfermedad del Alzheimer particularmente, se ha demostrado que quienes han practicado actividad física a lo largo de su vida tienen menos probabilidad de padecerla. “De hecho, un indicador tan sencillo como puede ser la fuerza muscular en una prueba de handgrip (musculatura de mano y antebrazo), es un predictor muy importante de demencia tanto de incidencia como de mortalidad. Es decir, aquellas personas que son más fuertes tienen menos probabilidad de padecer cualquier tipo de demencia, en particular Alzheimer, y también de morir por este mal”, complementó la investigadora. La profesional recomienda que se desarrollen programas de ejercicio que mejoren esta fuerza muscular porque se sabe que va a reducir la probabilidad de la enfermedad.

“Aquellas personas que están más fuertes en comparación con las que están más débiles tienen una probabilidad del 70% menos de padecer Alzheimer y hasta 80% menos de morir por esta patología”, puntualizó.

La doctora agregó que “entender no solo qué ocurre a nivel cognitivo, sino qué es lo que subyace, es decir, qué pasa en nuestro cuerpo y qué moléculas pueden cambiar en nuestro organismo cuando se hace ejercicio es una de las principales motivaciones del equipo de investigación donde trabajo. El ejercicio puede brindarnos muchos beneficios a lo largo de nuestra existencia”.

Organizadores del Encuentro 

El seminario “Physical Fitness and Brain Health” fue organizado por el Centro de Estudios de la Juventud UNAB, Moved Research Group y el equipo de Active-U.

El evento permitió exponer los resultados de un Proyecto de la UNAB: Active-U, liderado por Juan Pablo Zavala, director de la carrera de Pedagogía en Educación FísicaUNAB Sede Viña del Mar, que tuvo por objetivo principal analizar los efectos de diferentes programas de ejercicio físico sobre la salud mental en estudiantes universitarios. “Además esta investigación tuvo como propósito determinar la relación entre la condición física, la calidad del sueño, la salud mental y el bienestar general de los universitarios”, destacó el académico.

La iniciativa contó además con la presencia de Juan Antonio Rock, director del Centro de Estudios de la Juventud UNAB, y de Marco Álvarez, director Académico de la UNAB, Sede Viña del Mar.

 

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