La Sociedad Internacional de la Menopausia (SIM) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) eligieron el 18 de octubre para conmemorar el Día Mundial de la Menopausia, un proceso natural que afecta a las mujeres en algún momento de sus vidas.
De manera precisa, es la última menstruación y por lo tanto, marca el término de la edad reproductiva. Pero en realidad forma parte de un periodo que se llama climaterio, que inicia cuatro o cinco años antes, y se extiende hasta los 65 años de edad aproximadamente. Y en las mujeres chilenas, cuya primera menstruación es entre los 10 y 12 años, la menopausia llega entre los 49 y los 51, según explica la Dra. Mónica Molina, gineco obstetra y Jefa del Área de la Mujer del Hospital Dr. Gustavo Fricke SSVQP.
Estrógenos protectores
Por qué es importante este proceso: porque termina la producción de estrógenos, que son protectores desde varios puntos de vista: “Y son protectores desde el punto de vista cardiovascular, son protectores también para nuestra masa ósea y también para el funcionamiento cerebral, porque nosotros tenemos receptores de estrógeno y progesterona en nuestras neuronas”, afirma la doctora Molina.
Para comenzar, aumenta el riesgo de infartos y de accidentes cerebro vasculares, además de una reducción evidente de masa ósea, pérdida de la concentración, la memoria y alteraciones del ánimo, del sueño y de la vida sexual. Por eso es tan relevante acudir al ginecólogo, que maneja una pauta que permite saber cuánto se afecta la calidad de vida en cada caso.
Buenos hábitos y apoyo en salud
Pero hay medidas que se pueden adoptar: “El metabolismo es mucho más lento en esta etapa. Y aumenta mucho lo que es la grasa abdominal. Entonces, la alimentación tiene que centrarse en el consumo mayor de proteínas, disminuir los carbohidratos, comer más fruta, frutos secos, los pescados, carnes magras. Y la realización de ejercicio, que también es muy importante. Tanto para mejorar nuestra masa ósea, porque empieza a disminuir, el músculo, la sarcopenia, que también es muy notoria y por lo tanto también influye mucho, tanto en la salud cardiovascular como también en la salud ósea”.
Pero además de buenos hábitos, como eliminar el alcohol y el cigarrillo, las mujeres pueden acceder a terapias hormonales. “Pero hay que fijarse en las morbilidades que tenga cada persona. Por ejemplo, diabetes descompensada, hipertensión descompensada, otras enfermedades que contraindiquen, por ejemplo, el uso de terapia de reemplazo hormonal. En la mujer, el cáncer de mama, el cáncer de endometrio. Y además en aquellas personas que tengan, por ejemplo, trombofilias, que son las alteraciones de coagulación que se promueve a la producción de trombos, o que tengan trombosis que estén en tratamiento en forma actual o antecedentes”.
“Yo creo que la tendencia actual, considerando, por supuesto, las situaciones particulares e individuales de cada mujer, por sus enfermedades, por sus antecedentes, por la situación particular de querer o no utilizarlas, obviamente, porque esto tiene que ser un tratamiento que es consensuado con la persona”, agrega la Dra. Molina, derribando los mitos en torno al impacto de la terapia hormonal en la salud.
La especialista agrega que los riesgos de la terapia son menores que los de estar sin ella. “Si además le sumamos la obesidad, la ausencia de estrógenos, que son los protectores, sedentarismo, vamos subiendo riesgos para tener más infartos, más accidentes cerebrovasculares. Y aumentan 20 a 30 veces el tener cáncer de mama y cáncer de endometrio. A eso deberíamos de tenerle más miedo en la actualidad”, cierra la ginecóloga. Y para quienes no quieren o no pueden utilizar terapia de reemplazo, existen otras opciones farmacológicas. Todo dependerá, siempre, de cada mujer y sus condiciones individuales.