El 9 de noviembre de 2014, Hank Fortener, hijo biológico de una pareja que acogió a 36 niños y adoptó a 8 -además de sus 3 hijos biológicos-, inició el movimiento “World Adoption Day”, es decir, el Día Mundial de la Adopción. Sin embargo, aún existen muchas dudas en torno a esta forma de ser familia.
Es por esto que el Servicio Nacional de Protección Especializada a la Niñez y Adolescencia -Mejor Niñez- en la Región de Valparaíso, mediante el trabajo de las distintas Unidades de Adopción a nivel nacional, busca restituir el derecho de niños, niñas y adolescentes de vivir en familia, de cara a velar por su interés superior y así, desarrollarse en una familia que le asegure el afecto, el cuidado necesario y garantizar el bienestar bio, psico y socioemocional de un hijo o hija, cuando no pueda ser proporcionado por su familia de origen.
En ese contexto, la psicóloga y Jefa (S) de la Unidad de Adopción de Mejor Niñez Valparaíso, Maureen Robinson, explica que la adopción “es una respuesta definitiva de familia para un niño, niña o adolescente, que ha sido declarado susceptible de adopción por un Tribunal de Familia”, que apunta a la restitución de derecho, siendo “el lugar más propicio para sanar y reparar aquellas experiencias de graves vulneraciones de las que fue víctima, por cuanto la familia adoptiva conforma un lugar seguro, estable, predecible, que otorga continuidad en los cuidados”.
La profesional explica que desde octubre de 2021 a la fecha se ha realizado un total de 20 enlaces -el encuentro de la familia catalogada como idónea con aquel niño o niña a adoptar- de niños y niñas, de los cuales diez tienen entre 4 y 10 años, mientras que los otros diez corresponden a niños y niñas menores de 3 años. Mientras que el proceso de adopción concluye con una nueva calidad filiativa de hijo o hija, otorgándole al niño o niña una nueva identidad, según indica; tarea que realiza el equipo de abogadas especializadas del Servicio, quienes asesoran y acompañan a las familias en el aspecto legal.
Del total de enlaces, actualmente existen 11 adopciones concluidas, encontrándose hoy nueve de ellas en etapa de tramitación administrativa.
“Las familias que adoptan reciben un acompañamiento especializado durante todo el proceso de enlace e integración familiar, y que se mantiene cuanto sea necesario para garantizar el bienestar de la familia en su conjunto”, indica Robinson, agregando que este acompañamiento es de responsabilidad de las unidades de adopción junto a los equipos técnicos compuestos por psicólogos “altamente especializados en temáticas de adopción, que forman parte de los Programas de Intervención con Niños Institucionalizados y su Preparación para la Integración a Familia Alternativa a la de Origen (PRI) y que tienen a su cargo la intervención psicoterapéutica del niño o niña, y su familia”.
Tres años o menos
La psicóloga asegura que las personas que buscan adoptar comienzan con expectativas que van cambiando a medida que van adquiriendo más información y comprendiendo mejor el proceso adoptivo.
En ese sentido, la expectativa más recurrente, dice, es aquella relacionada con la edad, ya que, por lo general, se busca adoptar niños o niñas idealmente lactantes hasta los 2 años.
“En ocasiones, este deseo está alimentado por la necesidad de vivir todas las etapas de la crianza con ese hijo o hija. Muchas veces este puede fundamentarse por la creencia de que es más fácil criar un bebé que un niño o niña en etapa preescolar o escolar”, asegura Robinson, agregando que muchas de las familias que inician el proceso han experimentado la pérdida de hijos -antes del nacimiento o una vez nacidos-, o presentan problemas de fertilidad, por lo que deciden adoptar cuando han agotado todas las alternativas posibles para ser padres de manera biológica.
Por otro lado, explica que algunas muestran temores asociados a las experiencias de graves vulneraciones experimentadas por los niños, lo que los lleva a pensar que mientras más pequeño, menor es el daño asociado. Otro factor, es el temor de las familias a que sus hijos adoptivos puedan ser reconocidos por sus familias de origen, o que los niños no desarrollen un estilo de vinculación con ellos porque extrañan a sus progenitores, entre otros casos.
Sin embargo, el llamado es a abrirse a la posibilidad de adoptar, independiente de la edad: “Más del 70% de las familias que inician su proceso de postulación a la adopción, tienen como expectativa adoptar a un lactante o niño menor de 3 años. Durante la evaluación y preparación, sus expectativas van cambiando y amplían el rango de edad sobre los 3 años, debido a que la mayor cantidad de niños que se encuentran susceptibles de adopción, tienen sobre 4 años, a raíz de la dilatación de los procesos de tramitación de la susceptibilidad”, explica.
Proceso de adopción
El proceso para que una familia se convierta en adoptiva se puede dividir en tres grandes etapas, indica Robinson. En primera instancia, se realiza la postulación, que comprende la inscripción del o los postulantes en el sitio web www.mejorninez.cl, la participación de un taller informativo y de un taller de sensibilización sobre las necesidades de niños, niñas y adolescentes en condiciones de ser adoptados.
Una segunda etapa corresponde a la evaluación formativa, la que involucra entrevistas, un proceso de evaluación psicosocial y preparación para la adopción. Y, por último, la tercera etapa contempla el enlace, adopción y acompañamiento post adopción, a través de la cual se materializa el ejercicio de la parentalidad adoptiva, donde las familias reciben orientación y apoyo de parte del Servicio para lograr la consolidación del vínculo entre padres e hijo o hija adoptiva.
“La familia adoptiva constituye una base de seguridad emocional para ese hijo o hija, lo que le permitirá crecer con amor, aceptación e incondicionalidad, y con la seguridad que necesita para enfrentar los desafíos que se irán presentando a lo largo de su vida”, asegura.