Javier Orellana, de 34 años, fundó Ducha Segura hace tres años, y todo por un error. «Estábamos en la construcción de un baño y al desmontar la tina había una cañería en la parte de atrás y eso hacía imposible instalar un receptáculo en el piso prefabricado por el riesgo de perforarla. En vez de tener que sacarla, nació la idea de cortar la tina para que un adulto mayor ingresara. Así comenzamos a diseñar prototipos en fibra de vidrio», precisa Orellana
Fue así que comenzó a emprender modificando las tinas de baño para que adultos mayores y personas con movilidad reducida ingresen a ellas sin el riesgo de resbalarse.
¿Modus operandi? El arquitecto les hace un sacado que opera como entrada a la bañera, ya que tiene un borde más bajo. El usuario, entonces, en vez de levantar la pierna 50 centímetros aproximadamente – el alto habitual- para ingresar en la tina, solo la levanta entre 15 y 20, lo que le facilita mucho la tarea.
El objetivo de esta modificación, por lo tanto, es evitar cualquier tipo de caídas. Su público son las personas de la tercera edad, que podrían tener accidentes, en forma más frecuente, por las dificultades de movimiento que surgen con los años.
El servicio contempla, además, la instalación de barras de seguridad en los muros o en tabiques y asientos. Todo el proceso de modificación de la tina dura un par de horas. Su valor no supera los $360.000 y es una opción más accesible al presupuesto familiar que remodelar por completo el baño. Ducha Segura realiza trabajos en las regiones de Valparaíso, Coquimbo, Biobío y Metropolitana y pueden ser contactados a través de su web www.duchasegura.cl o su red social de Instagram: @duchasegura_