Este 22 de noviembre es una fecha especial que nos invita a reconocer el trabajo incansable y comprometido de quienes, día a día, innovan en el aula y contribuyen al desarrollo integral de niñas y niños desde los primeros años de vida, porque celebramos con orgullo el Día de la Educación Parvularia y el Día del educador y la educadora de párvulos.
La Directora Regional (s) de la JUNJI Valparaíso, Beatriz Lagos Gutiérrez, destacó en este contexto que «celebramos este día como un homenaje a los equipos educativos que, con pasión y dedicación, desarrollan un trabajo articulado por la educación inicial, permitiendo que cada niña y niño acceda a las herramientas necesarias para un desarrollo pleno».
Durante esta semana, la región ha vivido una serie de actividades que resaltan la importancia de la educación parvularia, como el recibimiento de una delegación de El Salvador. El objetivo de esta misión internacional es conocer las políticas públicas y ejemplos exitosos implementados en Chile, con miras a replicarlos en su país y crear centros públicos y gratuitos de atención a la primera infancia. Este intercambio es un claro reflejo de cómo el trabajo de la educación inicial en Chile se ha convertido en un referente a nivel internacional.
Gracias al esfuerzo conjunto de los equipos educativos, la educación parvularia en nuestra región se concibe como la base para un desarrollo integral. Desde las salas cuna hasta los niveles medios, se proporciona a los niños y niñas experiencias de aprendizaje que les permiten avanzar en su trayectoria educativa de manera significativa. La autonomía progresiva, la socialización y las interacciones que se generan en estos espacios son clave para el desarrollo pleno de los niños y niñas.
Este 2024, además, celebramos los 160 años de la educación parvularia pública en Chile, lo que nos llena de orgullo y nos invita a reconocer a todas las personas que, desde distintos rincones del país, trabajan incansablemente para seguir construyendo una educación parvularia pública, inclusiva y de calidad. Las salas cuna y jardines infantiles, como los primeros espacios públicos de participación de las niñas y niños, les brindan una oportunidad única para socializar, aprender y comenzar su camino hacia la vida comunitaria.
La educación parvularia no solo es una oportunidad para la vida de los niños y niñas, sino también un pilar fundamental para su futuro. A través de experiencias educativas lúdicas, desafiantes y vinculantes, los párvulos se preparan para enfrentar los retos de la vida, adquiriendo las bases necesarias para seguir aprendiendo y creciendo en comunidad.
Por todo esto, hacemos un llamado a seguir apoyando el trabajo de los equipos pedagógicos que a diario ofrecen lo mejor de sí en beneficio de nuestros niños y niñas. Hoy celebramos su compromiso y dedicación, y reafirmamos nuestro compromiso con una educación parvularia que siga construyendo un futuro mejor para todos.