Un giro emocional, que fortalece, mejora la autoestima y llena de fuerza y esperanza es lo que vivieron un grupo de mujeres que luchan contra el cáncer de mama, gracias al inédito “Taller Mi Primavera”, cuya realización en Concón contempló la intervención de dos psicólogas, maquillaje personalizado, fotografía y conversación grupal, entre otras actividades.
Lo anterior, permitió generar en las beneficiadas motivación para llevar a cabo un proceso de reconstrucción de su identidad de mujer, profundizando el autocuidado y la autoimagen. Todo ello, gracias al Centro de Asesoría Integral en Autoimagen “Impúdica y Alada”, junto al respaldo de la Unidad de Oncología del Hospital Clínico de Viña del Mar (HCVM) y Lancome.
“El taller me encantó. Hace cinco años tengo cáncer y nunca había estado en una instancia como ésta. Me gustó mucho compartir con otras personas y saber cómo viven ellas”, señaló María Eugenia Pinto, quien agregó que “a pesar de que soy la que tiene el cáncer más avanzado, y que, tal vez, yo era la que podía entregar más experiencia al resto, he recibido mucho de ellas”.
Por su parte, Patricia Gaete, otra de las asistentes, destacó que disfrutó esta experiencia que les permitió “ir conociéndonos, riéndonos, comimos rico, nos maquillaron, nos hicieron talleres, nos expresamos a través de un dibujo. Todo ello, hizo que nos descubriéramos como mujeres. Me voy más iluminada gracias a la maravillosa jornada que vivimos, ya que esto te va fortaleciendo y ayudando. Da alegría y fuerza”.
Gaete además dijo que “me encontré con niñas que recién comienzan con esta enfermedad y tienen temor. Están en las radioterapias, no se han hecho quimio, tienen miedo de que se les caiga el pelo. Entonces, esta experiencia ha ayudado a enseñarles, darles fuerza y ánimo, ya que la enfermedad se lleva por dentro y por fuera y con el amor de la familia y las amistades se sale adelante”.
Fotografía, maquillaje y más…
Esta instancia contempló sesiones de maquillaje, fotografía, conversación grupal y coffee break. Todo ello, cuidadosamente diseñado para cumplir con el objetivo final, que explica la psicooncóloga Loreto Cavallo, una de las artífices del proyecto. “La idea es que las mujeres puedan tomar conciencia de la forma en que cada una interpreta, experimenta y vive su ser mujer en la enfermedad y el tratamiento y por nuestra parte, facilitar la entrega de herramientas de autoayuda, tanto físicas como psicológicas para su resignificación”.
Cavallo destacó el uso de la fotografía y el maquillaje como una técnica innovadora que “se utiliza como instrumento de sanación y aceptación de la imagen personal, destacando así lo femenino -propio- . A su vez, la fotografía también es una gran herramienta para transmitir la experiencia del taller a otras mujeres que no pudieron participar experiencialmente. Es una vía para comunicar más allá de las palabras, con impacto en otras mujeres en la misma situación de vida que las participantes”.
Esta jornada de cinco horas estuvo dividida en dos fases. En una primera instancia, las mujeres participaron de un taller grupal, que generó un rápido cambio de actitud, más positivo. “Este efecto tan potente se logró en tan poco tiempo gracias al trabajo grupal, que es multiplicador y mucho más potente que un trabajo uno a uno y más aún si son pares. Son mujeres muy distintas, pero que tienen algo en común que genera identidad”, explicó Cavallo. A su vez, Silvia Miralles, otra de las psicólogas partícipes de esta actividad complementó esto señalando que “el resto del grupo es co terapeuta. Por eso tanta potencia. Todo el grupo apoya y contiene. Se aprenden a escuchar y eso es lo terapéutico. Un espacio para ser escuchado, acogido, comprendido y contenido en la crisis que estoy viviendo y desde ahí comprenderlo más profundamente”.
En una segunda etapa, se realizó el taller de maquillaje para enseñar a reconocer aquellos rasgos físicos que las caracterizan y que pueden potenciar mediante el correcto uso de productos estéticos. Para esto, se realizó un registro fotográfico de los rostros de las participantes a su ingreso al taller, el cual fue analizado por los profesionales con el fin de identificar los rasgos a trabajar. Al finalizar el taller se realizó una segunda fotografía, de manera de generar una comparación del lenguaje corporal captado al inicio del taller y luego de haberlo completado.
“Valoramos esta posibilidad pues es importante recordar que la mujer con cáncer de mamas tiene la enfermedad en un órgano visible; un órgano femenino, estético, llamativo. Un órgano que no pasa desapercibido, y que está fuertemente ligado tanto a lo sensual, como a lo nutritivo y acogedor. Tener un cáncer de mamas en tratamiento de quimioterapia -además de exponer a la persona a todo lo que significa la enfermedad en sí-, suma las consecuencias de un tratamiento que la somete a cambios físicos que alteran su cuerpo, tanto interna como externamente, afectando de manera indiscutida la autoestima, la femineidad y la imagen que se tiene de sí misma” explicó la profesional Loreto Cavallo.
Al respecto, María Eugenia Pinto finalizó indicando que “lo del maquillaje fue entretenido, ya que te saca del esquema, al igual que todo el taller, que es hablar y compartir. De hecho, ya nos inscribimos para una nueva instancia”. En cuanto a la autoestima y autoimagen, agregó que “sirve mucho, todas salimos muy contentas. El taller de hecho terminó y debiésemos habernos ido, pero seguimos aquí…”