Entregan reconocimiento a instituciones eclesiásticas y personas de fe que defendieron los derechos humanos durante el golpe cívico militar

En una emotiva ceremonia encabezada por la Delegada Presidencial Regional, Sofía González, y el Director Nacional de la Oficina de Asuntos Religiosos de la Secretaría General de la Presidencia, Omar Cortés, se entregaron reconocimientos a personas e instituciones relacionadas a la fe y la religión que defendieron los derechos humanos durante el Golpe Cívico Militar y la posterior dictadura, y/o que siguen trabajando de manera constante para preservar la memoria de esta lucha. Esto, en el marco de la conmemoración de los 50 años de esta etapa histórica de nuestro país.

Tras la ceremonia, la delegada González señaló que con este hito “hemos comenzado con la conmemoración de los 50 años del Golpe Cívico Militar, en este lugar de encuentro, de reconocimiento y de memoria de Miguel Woodward, y a través de él también, el reconocimiento del Estado a las comunidades de fe y al rol que cumplieron en la defensa de los derechos humanos. Nuestro Gobierno tiene un compromiso de memoria, de presente y futuro en la defensa de los derechos humanos y también, en la búsqueda de justicia y reparación”.

Por su parte, el Director Nacional de la Oficina de Asuntos Religiosos de la Secretaría General de la Presidencia, manifestó que “esto es construcción de democracia, como ha dicho el Presidente Gabriel Boric, porque sin memoria no entenderemos bien que la convivencia que debemos desarrollar es sobre la base de la dignidad humana y el respeto de los derechos humanos. Sin esos valores que se asientan, que se recuerdan, que se afirman acá, no podemos tener una democracia sana y ése es el camino”.

Los reconocidos

La ceremonia se realizó en el Cementerio n° 3 de Playa Ancha, lugar donde justamente se encuentra el memorial de una de las personas reconocidas en esta ocasión, ligadas a la Iglesia, que trabajó firmemente en nuestra región en la defensa de los derechos humanos: el sacerdote Miguel Woodward Iribarri, integrante del Movimiento de Acción Popular Unitaria (MAPU) y del Movimiento Cristiano por el Socialismo, quien fue detenido, torturado y desaparecido tras el Golpe Cívico Militar.

Otra de las personas que fue reconocida durante la ceremonia fue el pastor evangélico Evaristo Pérez Valdenegro, a quien el golpe cívico-militar lo encontró realizando su tarea pastoral en el cerro Esperanza de Valparaíso. Su vocación pastoral y la dimensión ética de su vida lo llevó a comprometerse completamente en ayudar a los familiares de presos políticos y a visitarles en distintos centros de detención.

Patricia Pérez, hija de Evaristo Pérez, agradeció este espacio de reconocimiento, señalando que “es tremendamente valioso, porque es muy importante que nuestros hijos, nuestros nietos, nuestros jóvenes, sigan manteniendo esa llama de información, de esperanza, de que se hacen y se hicieron cosas, de que se defendió la vida, que es lo más importante”.

Un tercer reconocido fue el Pastor de la Iglesia Bautista, Roberto Parra, quien fue militante del MAPU y uno de los promotores encargados en rearmar la lucha estudiantil contra la dictadura, fundador de la organización de izquierda cristiana El Paragua.

También se recordó al sacerdote Antonio Llidó Mengual, quien fue miembro del Grupo Cristianos por el Socialismo, formado por laicos y religiosos en el Gobierno de la Unidad Popular. Fue detenido y desaparecido durante la dictadura.

Otro de los reconocidos fue Wade Gaibur Villegas, Pastor de la Iglesia Bautista, quien se preocupó por quienes estaban sufriendo los apremios de la dictadura, siendo integrante del Comité PRO Paz, donde aportó en la contención emocional y espiritual de familias de las víctimas de la dictadura.

Un sexto homenajeado fue Waldo García Villarroel, Pastor de la Iglesia Presbiteriana, quien junto a Osvaldo Muñoz, hicieron una huelga de hambre contra la dictadura, que duró 20 días y que fue conocida como «La Huelga de Hambre de los jóvenes de Ramaditas”, convirtiéndose en una muestra de resistencia no violenta a la dictadura, para expresar la ira ciudadana luego de los asesinatos de la operación Albania, además de hacer un llamado a los partidos políticos para que se unieran en la lucha contra la dictadura.

El séptimo reconocido fue justamente Osvaldo Muñoz, miembro de la Pastoral Obrera de la Iglesia Católica. En los 80’s fue uno de los creadores del CIEP (Centro integral de Educación Popular) en el cerro Ramaditas de Valparaíso, y refundador del Servicio Paz y Justicia en la región. Además, participó en el MOAC (Movimiento Obrero de Acción Católica).

En cuanto a organizaciones, fueron reconocidas el Comité Pro Paz, el Centro Integral de Educación Popular (CIEP), la Fundación de Ayuda Social de las Iglesias Cristianas (FASIC) y la Iglesia Pastor Obrero, todas quienes se organizaron para resistir y generar prácticas de solidaridad que permitieron salvar vidas y mantener viva la memoria y el recuerdo de cientos de chilenos y chilenas. Por ello, se les destacó su rol en el camino de la construcción de la paz.

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