Estudio analizó los efectos de la educación física en la socialización y comunicación entre niños y preadolescentes con autismo

El Núcleo de Investigación en Salud, Actividad Física y Deporte (ISAFYD) de UDLA Sede Viña del Mar, desarrolló un estudio con el propósito de analizar los efectos de la educación física en las habilidades de socialización y comunicación en niños y preadolescentes con autismo.

La investigación, que surgió a través de una tesis de pregrado de la carrera de Pedagogía en Educación Física, se efectuó mediante una revisión sistemática y metaanálisis de estudios publicados entre el 2012 y 2022 en Web of Science, Scopus y PubMed que intervinieron a personas autistas, estableciéndose criterios adicionales como artículos que incluyeron intervención en actividad física, ejercicio físico o programas deportivos, aplicándose a una población de niños y preadolescentes diagnosticados con autismo a través de evaluación clínica y que tuvieran entre 4 y 14 años, entre otros.

El Dr. Álvaro Huerta, Director del Núcleo ISAFYD, explica que existe conocimiento cómo la educación física estimula la plasticidad cerebral (capacidad del cerebro de adaptarse para aprender), pero se desconocía el efecto de estas intervenciones sobre las habilidades de socialización y comunicación en niños y preadolescentes autistas. Por ello, realizaron la revisión y descripción cualitativa de artículos publicados en la última década sobre el tema, incluyéndose en la búsqueda bibliográfica 14 estudios para la revisión sistemática y 9 para el metaanálisis, cuyos antecedentes y conclusiones fueron publicados en Review Journal of Autism and Developmental Disorders.

“Existía evidencia científica sobre el impacto de la práctica de educación física en personas diagnosticadas con autismo, pero no había estudios que cuantificaran el tamaño de su efecto en algunas variables que caracterizan a niños y preadolescentes autistas. En ese sentido, se demostró que la educación física es eficaz para aumentar las habilidades de socialización y comunicación en estos menores, resultados que sugieren la inclusión de niños y preadolescentes con autismo en estas actividades a lo largo de la etapa escolar”, comenta el Dr. Huerta, quien detalla que basándose en las conclusiones obtenidas a través de revisión sistemática y metaanálisis de los estudios, las actividades acuáticas, deportes colectivos, algunas técnicas de artes marciales (karate y judo), juegos con pelotas, teatro, movimientos rítmicos y entrenamiento de resistencia, serían las que generaron mayores efectos positivos en la socialización y comunicación en niños y preadolescentes autistas.

En el análisis realizado, el Núcleo ISAFYD mencionó que las personas diagnosticadas con autismo presentan alteraciones en el neurodesarrollo, caracterizado por dificultades en la comunicación, la interacción social, conductas repetitivas y restringidas, entre otras condiciones, pudiendo también mostrar dificultades para comprender normas sociales y señales no verbales, lo que conduce a dificultades en las relaciones con el entorno.

En este contexto, los tratamientos no farmacológicos serían una opción prometedora, entre ellos la educación física, asignatura del currículo escolar que engloba un conjunto de disciplinas y ejercicios que contribuyen al desarrollo físico, mental y social de una persona, impactando positivamente en el desarrollo motor de niños y preadolescentes autistas, aumentando su socialización y comunicación, y eventualmente fortaleciendo el compañerismo y mejorando la autoestima.

Además, las comunidades educativas que trabajan con niños y preadolescentes diagnosticados con autismo deben incluir profesionales capacitados en educación física dentro de los equipos multidisciplinarios, sugiriéndose que las actividades seleccionadas para el desarrollo de habilidades de socialización y/o comunicación tengan un carácter lúdico e inclusivo, respetando los procesos y respuestas de cada niño y preadolescente participante.

Finalmente, el Dr. Huerta expone que futuros estudios en esta línea de investigación “deberían incluir la monitorización de neurotransmisores y el mapeo de redes neuronales para determinar de manera más específica el efecto de la educación física sobre la socialización y la comunicación en niños y preadolescentes autistas”, así como también estudiar qué modalidad deportiva genera más habilidades en esta población.

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