El cambio climático antropogénico ha tenido múltiples consecuencias para la vida en el planeta. Uno de esos efectos es el aumento de las temperaturas a nivel global, que no solo afecta la calidad de vida del ser humano, sino a los ecosistemas y especies que habitan en ellas.
Un efecto de esto es la depredación en la fauna marina. Un reciente estudio multidisciplinario dio cuenta de un importante hecho: la depredación se intensifica en aguas más cálidas, lo que podría modificar las comunidades oceánicas si el alza de temperatura persiste con el tiempo.
«Miles de años han pasado para llegar a este estado y, de repente, estamos aumentando la temperatura a un ritmo mucho mayor»;, comentó Gail Ashton, bióloga marina del Centro Smithsoniano de Investigación Ambiental (SERC, Estados Unidos) y autora principal del trabajo, agregando que “realmente no sabemos las implicaciones de este incremento”.
La investigación, liderada por científicos del Instituto Smithsoniano (Estados Unidos) y publicada en la prestigiosa revista Science, contó con la participación de más de 60 investigadores internacionales, quienes realizaron experimentos alrededor de toda la zona costera del continente americano, abarcando el océano Pacífico desde Alaska hasta Punta Arenas y la zona del Atlántico, desde Canadá hasta la localidad de Ushuaia, en Argentina.
El trabajo se desarrolló en 36 sitios. En el caso de Chile, se hicieron experimentos y mediciones en cinco sitios distribuidos en las costas de nuestro país. En cada punto, los investigadores realizaron distintos tipos de experimentos: colocaron restos de calamar para rastrear la actividad de los depredadores, confirmando que la intensidad de las especies dominantes en ambientes cálidos fue mayor a la de aguas más frías, donde la depredación casi llegó a cero.
Otro de los análisis realizados en terreno consistió en aislar a los organismos depredados, quienes estuvieron en contacto directo con sus cazadores o separados a través de jaulas. Se determinó que, en un clima con características tropicales, la biomasa de las presas disminuyó drásticamente estando desprotegidas. No obstante, en zonas frías la exposición a las especies dominantes no representó una gran amenaza para quienes habitaban allí.
“Este fenómeno puede darse por dos razones no excluyentes: los depredadores pueden tener tasas metabólicas más altas y, por lo tanto, se alimentan más rápido, y/o se debe a la mayor abundancia y diversidad de estas especies comparado con un ambiente más frío”, explicó el Dr. Nelson Valdivia, del Centro de Investigación Dinámica de Ecosistemas Marinos de Altas Latitudes (IDEAL) de la Universidad Austral de Chile (UACh), quien estuvo a cargo de los experimentos en la zona austral de Chile, específicamente en Punta Arenas.
“Si incluimos el aumento de temperatura provocado por la crisis climática, podríamos esperar una intensificación de la depredación en zonas consideradas más frías, favoreciendo a ciertas especies y perjudicando a otras”, expresó el Dr. Valdivia. Sin embargo, recalcó que se barajan múltiples hipótesis de lo que podría suceder en futuros escenarios.