“La presencia de la luz” se titula la exposición del fallecido artista cubano-chileno, Premio Nacional de Arte en 1982, que estará abierta hasta mediados de febrero en el Palacio Vergara.
Una treintena de obras, entre pinturas y esculturas, conforman la muestra “Mario Carreño, la presencia de la luz”, que se exhibe en el Museo Palacio Vergara de Viña del Mar, la cual recorre la vasta trayectoria del destacado artista cubano nacionalizado chileno, al tiempo que abre nuevas posibilidades de acercarse a su trabajo y apreciarlo, desde una perspectiva contemporánea.
Claudio Vergara, director del museo viñamarino, detalla que “lo conversamos con la Fundación Mario Carreño y la idea fue proyectar su obra. Más que hablar del pasado, es mostrar el futuro y cómo estas obras les pueden abrir otros universos a las nuevas generaciones, a través de las piezas geométricas de Carreño o su iconografía tan característica. Hay una serie de elementos muy interesantes en esta muestra”.
“Para nosotros como museo –comenta Vergara- es un honor tener una muestra proyectiva de Mario Carreño, donde se reúnen algunas de sus obras más características, que lo llevaron a ser Premio Nacional de Arte en 1982. En lo particular, fue el artista chileno que me llamó más la atención cuando era adolescente y todavía me sorprende”.
Entre las obras presentes en la muestra “La presencia de la luz”, algunas de las cuales no se han exhibido antes, el director del Museo Palacio Vergara destaca: “´Retrato de María Luisa Bermúdez’, pintora chilena y segunda esposa del maestro, un óleo fiel reflejo de su trabajo inspirado por su paso por Europa con tránsito surrealista, y el magnífico ‘Manifiesto fraterno’, obra realizada en 2024 en base a los bocetos originales de Mario Carreño, por su discípulo Juan Campos, cuyo original fue parte del edificio de la UNCTAD III en 1972, una extraordinaria síntesis del trabajo de Carreño, con su geometría, objetos sobre la mesa, mujeres universales sin rostro y con sus azules que envuelven el alma y que se exhibe en el Centro Cultural Gabriela Mistral”.
“Preciamos –añade- su escultura ‘Mascarón’ de su entrañable amistad con Pablo Neruda, con la fuerza del poeta y la limpieza de Carreño; vemos su obra de pequeño formato ‘Mujer velada’ con su rostro infinito, sus geometrías de ‘Amanecer Andino’ gestada en Chile en 1960 y su recuerdo de su amada Cuba expresado en ‘Mujer en selva tropical’ de 1985, entre otras obras”.
Luz y Armonía
En tanto, Juan Campos y Julio Herrera, curadores de la exposición, destacan que “mirar las obras de Carreño es contemplar luz musical, armonía conceptual, presente tanto en sus pinturas racionales, concretas, como en las figurativas. Es poeta de pincel, virtuoso en la composición, dibujo y color. Sus obras son de un lirismo amable, susurrante, reflexiones lúcidas, clarividentes. En esta muestra, mesas familiares, interiores francos, vida primaveral, juventud floral, plantas rumbosas, frutas generosas, mordaces instrumentos hostiles, letales, nos hablan de lo virtuoso y lo perverso de nuestra condición humana”.
Para los curadores, “Mario Carreño, con sus manos elaboró el preciso pan del alma con un quehacer laborioso, íntimo y universal. Fluir cósmico, eterno, exigente, que ilumina su corazón y aviva la llama de su imaginación, acaricia su voluntad en florecer de ideas que culminan en creaciones de ardua belleza”.
La exposición “Mario Carreño, la presencia la luz” se puede visitar en el Museo Palacio Vergara (Errázuriz 596, Viña del Mar) hasta el 15 de febrero, de martes a domingo, en los siguientes horarios: de 10.00 a 13.30 y de 15.00 a 17.30 horas. Entrada gratuita.