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Un nuevo informe de La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) insta a los países a que establezcan sus propias condiciones para el diseño y el uso de la tecnología en la educación, de modo que nunca sustituya a la enseñanza presencial y dirigida por docentes, sobre todo en un contexto mundial donde la tecnología es una herramienta innata pero cuestionable.
Esto porque el organismo advirtió sobre la falta de evidencia de las mejoras que produce y por el contrario subraya las consecuencias por un uso excesivo o inadecuado, las cuales sí han demostrado ser negativas.
«El uso de tecnología en las aulas y en el hogar por parte del alumnado puede provocar distracciones y, por consiguiente, entorpecer el aprendizaje», indicó el informe titulado Tecnología en la educación: ¿Una herramienta en los términos de quién?, en cuyos planteamientos abordó la labor del maestro en el aula, que resulta insustituible por la tecnología, que debiera limitarse a ser un recurso de apoyo cuando sea evidente su beneficio.
David Contreras, doctor en Informática Educativa y profesor de la Escuela de Pedagogía de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV), valoró que el informe incluya un llamado global a las instituciones de educación a observar el uso e integración de la tecnología en sus métodos académicos.
“La UNESCO ha venido reflexionando en torno a qué significa la inserción de las tecnologías en el ámbito educativo en todos sus niveles, básica, pre básica, secundaria y universitaria. El uso de la tecnología en el contexto post pandemia se llevó al extremo de que los estudiantes ya no tenían presencialidad ni con sus compañeros ni con sus profesores y con ello se llegó a la conclusión de que los niveles de aprendizaje en las distintas disciplinas como formas de sociabilización no eran las más adecuadas, por eso valoramos como Universidad el que se discuta y se invite a los ministerios de Educación de todo el mundo a pensar cómo las tecnologías realmente pueden servir en el acompañamiento para estudiantes y en complemento a la docencia presencial”.
El académico, coautor del libro “Transformación Digital de la Formación en Universidades Chilenas, Aprendizajes durante la Pandemia”, recientemente lanzado, indicó que la misión es definir políticas que regulen el uso de las herramientas y las integren de manera complementaria.
“El llamado de la UNESCO es a regularlas en el sentido de orientarlas, y en algunos casos definir su uso más claro acorde a los distintos niveles porque no es lo mismo cuando un estudiante universitario tiene un bagaje amplio en aprendizaje donde la tecnología puede ser un factor de valor a diferencia de lo que puede ocurrir en otros campos, entonces no es un todo o nada, se trata de regular en función a lo que se requiera y se espera obtener”, dijo Contreras.
El escritor y académico sostuvo que el informe presenta evidencia de casos positivos en que los instrumentos han impactado de buena manera en el conocimiento.
“El escenario actual está descrito por la UNESCO, tenemos poblaciones, generaciones de estudiantes, que hoy sus niveles de socialización y aprendizaje son escasos, porque se ha dejado a las máquinas hacer el rol que un humano puede cumplir en relación a otro, pero esta complicación también es al revés, hay casos interesantes en el informe que indican que gracias al uso de la televisión digital o la televisión educativa acompañado de docencia presencial permite desarrollar buenos aprendizajes”, explicó.
A su criterio, en aquellos casos se complementan los tres factores que el informe repasa, “en esa situación se hizo la combinación tecnología, presencialidad y orientación por parte de los profesores”, puntualizó Contreras.
