El show pirotécnico de Año Nuevo es, sin duda, uno de los espectáculos más esperados por las miles de personas que llegan a la costa de la región para celebrar y compartir con familia y amigos.
Sin embargo, en el último tiempo se ha ido visibilizando cada vez más el efecto de los fuegos artificiales en nuestras mascotas, quienes sufren de episodios de estrés y hasta intentan escaparse debido al fuerte ruido.
Gonzalo Chávez, médico veterinario y académico de la carrera en la Universidad Santo Tomás Viña del Mar, entrega algunas recomendaciones para proteger a perros y gatos y evitar fugas.
“Cada familia tiene que pensar en la personalidad de sus perros y gatos, hay algunos animales que son más tímidos y ellos pueden ser los que más mal lo pueden pasar”, explicó el docente.
La primera recomendación es adelantarse a lo que podría ocurrir el 31 de diciembre a la medianoche y tomar algunas medidas que permitan que perros y gatos no sufran tanto con los ruidos de los fuegos artificiales.
“Se pueden dejar en una zona de resguardo conocida por ellos, como un dormitorio, dentro de un closet o en la cocina, lo importante es que sea un lugar donde no puedan hacerse daño. Hay que tener en cuenta que algunos perros y gatos van a intentar escapar a través de una ventana cuando tienen mucho pánico, incluso desde un segundo piso”, indicó Chávez.
Otra recomendación es utilizar un sonido que bloquee el ruido exterior, como los ruidos blancos, como la estática de las televisiones antiguas. “Se puede buscar en internet música con frecuencia modificada para perros y gatos, esto permite una mayor sensación de relajación”.
Los aceites esenciales también son una ayuda para relajar a nuestras mascotas. “Se pueden utilizar aromas, como el aceite esencial de lavanda y eso le va a servir tanto a los perros como a los gatos, pero en ningún caso dar un fármaco”, enfatizó el médico veterinario.
Si bien el momento del show pirotécnico es breve, Gonzalo Chávez aseguró que las mascotas que tienen una personalidad más tímida o ansiosa podría verse afectados a largo plazo.
“Pueden presentar un trastorno de estrés postraumático, que empiecen a generalizar este pánico que sintieron en ese momento a otros sonidos como un portazo, un bocinazo, hasta una carcajada, cualquier ruido fuerte”.
Si bien algunos perros y gatos necesitan manejo farmacológico, esto debe hacerse bajo la asesoría de un profesional, ya que darle cualquier sustancia podría ser tóxico y hasta mortal.