Desde el 26 de febrero hasta el 4 de marzo se desarrolló la expedición paleontológica en el sector de cerro Guido-valle las Chinas, a más de 340 kilómetros al noroeste de Punta Arenas (provincia de Última Esperanza, Magallanes). La expedición organizada por el Instituto Antártico Chileno (INACH) tuvo como objetivo continuar con la búsqueda de rastros que corroboren la conexión entre Antártica y Sudamérica en el que podría ser el proyecto paleontológico más grande del país.
El Dr. Marcelo Leppe, paleobiólogo y director del INACH, fue partícipe de la campaña en cerro Guido y destaca la relevancia de realizar estudios en el lugar: “una de las razones que nos llevan a estudiar esta zona, es que se trata de corredor o aduana temporal de varios millones de años entre Sudamérica y Antártica. Además, por los tipos de ambientes que posee, se preservaron manifestaciones de vida tan diversas como macrofósiles de planta hasta microfósiles de animales, pasando por un amplio rango de invertebrados, plantas, hojas y madera”.
Otro aspecto distinguido por Leppe, es que cerro Guido posee una alternancia entre ambientes marinos y continentales. De hecho, en estos últimos se encontraron cerca de seis tipos de floras distintas, de fácil identificación y que corresponderían a un momento de la historia natural con diversas singularidades, tanto en sus precipitaciones como en su temperatura.
“En cuanto al estrato animal, se ha descubierto una gran diversidad de réptiles de mar, dinosaurios en tierra, como también variadas formas de mamíferos, en una interacción global entre especies que todavía se busca entender de mejor manera y que debe ser objeto de estudio para las próximas temporadas”, agrega Leppe.
Resultados preliminares
En la expedición paleontológica se encontró una diversidad de mamíferos, específicamente, tres morfotipos correspondientes al Cretácico, período de hace 145 a 65 millones de años. Además, se halló una variedad de otras especies, como posibles lagartos, peces y réptiles marinos, pero el hallazgo más relevante sería otro. “Lo más interesante es que se trata de un ejemplar de dinosaurio semiarticulado que preserva buena parte del esqueleto; aún no se puede revelar qué tipo es, pero que sería el primer hallazgo de un dinosaurio de este tipo para Magallanes, siendo uno de los más australes y una nueva especie para Chile”, detalla Sergio Soto, paleontólogo de la Universidad de Chile. Los hallazgos de especies articuladas o semiarticuladas son de gran importancia para los investigadores por la cantidad de información que entregan sobre el animal.
Metodología
En esta temporada, la expedición fue compuesta por un grupo de 23 personas instaladas en dos campamentos y que conllevó alrededor de diez de trabajo. El encargado de logística de la campaña, el paleontólogo Sergio Soto, detalla el desarrollo de la campaña en la formación Dorotea. “La metodología consistió en prospectar en la zona buscando afloramientos de roca visible sin vegetación hasta encontrar huesos, sus niveles y tomar decisiones respecto al momento de excavar o el utilizar otros métodos de trabajo. Una vez en terreno, se utilizaron dos técnicas de extracción de vertebrados: una de ellas fue el picking, que consiste en realizar pequeñas extracciones como dientes u otros fragmentos, a través de un tamizado y posterior lavado de los sedimentos para la búsqueda de estas piezas en laboratorio. La otra técnica radica en una excavación sistemática en un quarry, un sector donde se encontró un dinosaurio semiarticulado y que se extrajo a través del método de bochones, que consiste en aplicar chaquetas de yeso para contener y proteger al fósil y, de esta manera, se traslada para su posterior análisis”, comenta Soto.
Colaboración Internacional
Como cada año, la cooperación internacional estuvo presente en cerro Guido. Por ejemplo, en esta temporada se contó con la presencia de la Dra. Julia Clarke, de la Universidad de Texas, Estados Unidos, especialista en aves y pequeños dinosaurios. Tras la expedición, la Dra. Clarke destacó la relevancia del valle de las Chinas debido a su diversidad de especies en dinosaurios y plantas a una alta latitud; además, señaló el creciente interés por seguir encontrando evidencia que permita ligar la fauna del lugar con la Antártica.
Mientras tanto, otro investigador asociado fue Jonatan Kaluza, técnico paleontólogo del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas de Argentina (Conicet), quien capacitó tanto a los investigadores principales como a estudiantes de pre y posgrado en técnicas de extracción y prospección de vertebrados en roca.
Al respecto, el Dr. Marcelo Leppe destaca el aporte de los investigadores extranjeros a la expedición paleontológica: “El proyecto se ha transformado en una escuela que permite a jóvenes investigadores recibir conocimiento de profesionales seniors de primer nivel, provenientes de diversas partes del mundo y que ayudan en el crecimiento de lo que podría ser el proyecto paleontológico más grande del país”.
Las expediciones paleontológicas en cerro Guido corresponden a una iniciativa organizada por el INACH desde hace siete años. En el caso de la excursión de esta temporada, el proyecto principal se titula “Patrones paleogeográficos v/s el cambio climático en Sudamérica y la península Antártica durante el Cretácico tardío: ¿Una posible explicación para el origen de la biota austral?”, que es dirigido por Leppe y financiado por Fondecyt, en una investigación que estudia las conexiones entre Sudamérica y Antártica al final de la “era de los dinosaurios”.