Hospital Carlos van Buren certifica equipos de radioterapia con altos estándares de calidad

El Hospital Carlos van Buren logró importantes certificaciones nacionales e internacionales que garantizan la calidad y precisión de sus equipos de radioterapia, un respaldo significativo para la atención de pacientes oncológicos. Estas validaciones, realizadas por organismos como el Instituto de Salud Pública (ISP) y la Agencia Internacional de Energía Atómica (IAEA, por sus siglas en inglés), garantizan que los estándares utilizados en el centro cumplen con los más altos niveles de exigencia a nivel mundial.

Un respaldo para los pacientes

Según el Dr. José Antonio Solís, jefe del Servicio de Oncología del hospital, estas certificaciones aseguran que los equipos funcionan bajo los más altos estándares de calidad, tanto a nivel nacional como internacional. «Nuestros equipos fueron evaluados con resultados muy positivos, lo que nos da la tranquilidad de ofrecer tratamientos seguros y efectivos a nuestros pacientes», señaló Solís.

Según Solís, el cumplimiento de estos estándares asegura que las dosis de radiación administradas sean exactas, lo cual es fundamental para maximizar los resultados del tratamiento y minimizar posibles complicaciones.

Controles rigurosos

Los controles realizados por organismos nacionales, como el ISP y la Comisión Chilena de Energía Nuclear, son efectuados regularmente. Estas inspecciones incluyen mediciones exhaustivas con equipos especializados que garantizan la precisión en la entrega de dosis de radiación. A nivel internacional, el hospital participa en procesos de dosimetría postal organizados por la IAEA, donde se evalúa la precisión de las máquinas mediante el envío de detectores irradiados que son posteriormente analizados en laboratorios especializados.

Para cumplir con los estándares de calidad, el Hospital Carlos van Buren cuenta con los físicos médicos Isabella Liedtke, Constanza Hormazábal y Andrés Vázquez, equipo de profesionales de gran calidad técnica.

Andrés Vásquez, físico médico del hospital, explicó que «los centros de radioterapia están sujetos a fiscalizaciones nacionales e internacionales. En el caso de la IAEA, nos envían detectores que irradiamos localmente bajo condiciones preestablecidas. Luego, estos detectores son enviados de vuelta a sus laboratorios para medir si las dosis entregadas están dentro del rango de tolerancia permitido», detalló Vásquez. Este proceso asegura que los equipos estén calibrados correctamente y cumplan con los estándares globales.

Por su parte, Constanza Hormazábal, también física médica, destacó el exigente trabajo técnico que implica garantizar la calibración de los equipos. «Realizamos controles mensuales que aseguran que los equipos entreguen la dosis correcta de radiación, lo cual es esencial para personalizar los tratamientos y maximizar su efectividad», afirmó.

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