Con la alegría característica de la infancia, los pacientes de Hemato Oncología Pediátrica del Hospital Dr. Gustavo Fricke SSVQP celebraron junto a sus mamás la apertura de la sala de estar para acompañantes. Se trata de un espacio acondicionado para el confort y el esparcimiento de los papás, mamás y cuidadores que pasan largas horas acompañando a niños, niñas y adolescentes en su hospitalización.
Tal como lo señala el Director del Hospital Dr. Gustavo Fricke, Juan Carlos Gac, “estamos habilitando esta sala de espera que le permite dar una mayor dignidad, un mayor confort a todos los papás que tienen que estar con sus hijos en este servicio de hematología. Esto está dentro de lo que es la Ley Mila, una ley que viene del año 2021, y con eso estamos haciendo el acompañamiento que la ley nos indica, pero más allá de eso, es el acompañamiento que la dignidad nos permite entregar a las personas hoy día que están en este servicio”.
El acondicionamiento de este espacio, con una inversión superior a los 6 millones de pesos, contempló sillas, mesa de comedor, sillones, sofás modulares, muebles y casilleros, y respondió a una encuesta donde los papás pudieron plasmar sus necesidades para convertir una sala de estar en una pequeña casa. La Dra. Paulina Díaz, Jefa de la unidad de Hemato Oncología Pediátrica, afirma que “tener ahora este espacio desde ahora mismo es muy útil para ellos, también para nosotros, para sentir que los estamos acompañando no solo en lo médico, no solo en lo técnico, sino que en la parte también de confort, de estar más tranquilos, de poder conversar con otros papás y mamás, de desahogarse y eso es como sentirse en casa también, en un lugar más acogedor. Papás tranquilos son niños más tranquilos, así que eso es un gran aporte”.
La Ley 21.372 conocida como Ley Mila asegura el derecho de los niños, niñas y adolescentes y las personas gestantes a estar acompañados en momentos críticos de su atención médica, estableciendo para ello los estándares adecuados para el acompañamiento.
Caroline Jorquera, mamá de la pequeña Trinidad, de apenas 8 meses, agradeció no solo el espacio mismo como un lugar de descanso, sino también la oportunidad de abstraerse por un momento del ambiente hospitalario, en el que ya lleva 4 meses: “Dormir con ella al ladito y verla como duerme, maravillosa. No me imagino si yo no pudiera estar al lado de ella. No podría. Comparado con lo que teníamos adentro, esto es pero hermoso. Igual adentro era acogedor porque teníamos nuestro espacio, pero aquí es genial, podemos conversar, compartir, conversar con un papá de otras situaciones, maravilloso”.