A sus 80 años, enfrentar un cáncer no ha sido fácil para Emilia Puyol, de Viña del Mar. Pero con la evaluación de un médico geriatra, es posible para sus médicos tratantes conocer mejor su estado y cómo pueden ajustar la terapia para que no pierda sus capacidades.
“Los geriatras son los que se preocupan de las personas de 70 años para arriba, tengo entendido que eso es, así que bien. Por lo menos me revisó la mente, si yo retenía, si tenía fuerza en mis manos, si podía caminar sola, si podía desenvolverme sola en las cosas de mi casa. Si podía bajar, subir escaleras, sin descansar o descansando. Me evaluó bien, tengo mis limitaciones como todo ser humano, mi mente por lo menos está buena, y puedo seguir adelante”, describe.
María Ayala, quien con 62 años debe lidiar con una quimioterapia para enfrentar también un cáncer del que se recupera lentamente y que la dejó sin voz, agradece las evaluaciones de esta especialidad: “la médico es muy amable y me sentí muy bien con ella. Para subirme el ánimo, porque mi ánimo estaba muy bajo por mi voz, no podía hablar, no podía comunicarme con las personas. Me sentí bien”, finaliza.
Así como María y Emilia, son muchos los adultos mayores que se encuentran hospitalizados y que están comenzando a ser evaluados por geriatras en el Hospital para conocer sus capacidades y necesidades, de manera de coordinar terapias y tratamientos más ajustados a sus realidades de salud; además del Dr. José Luis Dinamarca, especializado en traumatología geriátrica y encargado del abordaje de fracturas de caderas a nivel de la red del Servicio de Salud Viña del Mar Quillota.
Para ellos, el Hospital asignó una sala específica donde estos pacientes, una vez pesquisados desde su ingreso a la Unidad de Emergencia Adultos, puedan ser tratados por este equipo multidisciplinario durante su hospitalización, a través de una Unidad Geriátrica de Agudos.
Una atención integral
La Dra. María Inés Becerra, a cargo de la especialidad de Geriatría en el establecimiento, explica que “el adulto mayor lo que más valora es su independencia. Todos queremos que estas personas se mantengan autovalentes lo máximo posible, existen varias medidas importantes a aplicar en las personas hospitalizadas que van en esa línea de mantener la independencia funcional y que se lleva a cabo al mando de un geriatra con un conjunto de profesionales, TENS, kinesiólogos, terapeutas ocupacionales, fonoaudiólogos, nutricionistas, asistente social, químico farmacéutico, psicólogos, todos somos importantes. Identificamos al paciente y le hacemos una intervención multidisciplinaria para que ojalá, en el momento en que se vaya de alta, sea la persona que ingresó y que no se deteriore durante la hospitalización”.
¿A quienes se aplica esta intervención? La geriatra explica que “nuestro foco es el paciente frágil, que es el paciente que está en riesgo, que es vulnerable, este se identifica con varios parámetros técnicos; pero en suma, son los pacientes que están caminando un poquito más lento, que están bajando de peso, que realizan un poquito menos de actividad, de gasto calórico durante el día, que tiene una cantidad mayor de comorbilidades y que ha bajado de peso. Y esos pacientes son los beneficiarios de la geriatría hospitalaria con este abordaje mutidisciplinario”. Para ello, en la actualidad se están registrando los pacientes mayores de 65 años en el Servicio de Medicina con estas características, pero con potencial de recuperación y una red de apoyo, para ser derivados al Hospital Geriátrico La Paz de la Tarde, para continuar con su rehabilitación.
Geriatría en el paciente oncológico
La Dra. Nikol Araya orienta su labor esencialmente, al manejo de pacientes oncogeriátricos. Dentro de esta labor, la especialista informa que internacionalmente, “se ha visto que en todos los pacientes adultos mayores frágiles, el tratamiento con quimioterapia estándar muchas veces no es bien tolerado, ya que tienen una gran toxicidad y ellos tienen patologías asociadas que no les permiten enfrentar de igual manera que un paciente más joven y sin enfermedades o en mejor condición física”.
La especialista agrega que “hay muchos detalles que, a través de la evaluación geriátrica integral, logramos detectar e identificar el problema que pueda estar generando esta fragilidad, de medicamentos, alteración en lo funcional, en lo físico y eso son todos riesgos y generan aumento de riesgo de mortalidad. En el fondo, es mostrarle al hematólogo, al oncólogo, al cirujano oncológico cómo está su paciente, qué cosa corregir previo, qué tratamientos hacer en paralelo, qué cosas sociales, poder también mejorar sus redes de apoyo y con eso, que el paciente llegue en mejor condición a la quimioterapia o la cirugía”.