La LIX Expedición Científica Antártica (ECA 59) que coordina el Instituto Antártico Chileno (INACH) ya se encuentra en marcha con los primeros investigadores e investigadoras en terreno. Se espera un traslado de 493 mujeres y hombres (cumpliendo roles científicos y logísticos) que viajarán por vía aérea y marítima hasta marzo del 2023, para efectuar las tomas de muestras y mediciones necesarias para cada una de sus investigaciones.
Serán 47 proyectos en terreno que se desplegarán por sectores de investigación en las cercanías de las bases Profesor Julio Escudero, Yelcho, Risopatrón, O’Higgins, Prat y la Estación Polar Científica Conjunta Glaciar Unión. Además, se establecerán campamentos en punta Armonía y cabo Melville. Asimismo, los traslados y expedición marítima de las y los investigadores se realizarán en el buque Aquiles, de la Armada de Chile, el buque Betanzos, de la empresa DAP, y la lancha científica Karpuj, del INACH.
El director del INACH, Dr. Marcelo Leppe Cartes, comenta el por qué de estudiar un continente como la Antártica, subrayando que hace unos 30 años habría resaltado la necesidad de preservar este prístino terreno para la humanidad. Hoy, sin embargo, señala que se debe estudiar al Continente Blanco porque el foco está puesto en entender que este territorio dejó de ser ese “gigante dormido” y se debe entender cómo este continente moldea a Chile y al planeta.
“Durante esta expedición, 47 proyectos estarán presentes en Antártica, una cantidad que se va acercando a los números que teníamos antes de la pandemia. Desde el mes de noviembre y hasta marzo del 2023 trasladaremos a científicos y científicas, además del personal logístico, estos últimos seleccionados con paridad de género. Las investigaciones se enfocan en tres aristas interconectadas: un tercio son estudios sobre el cambio climático en la dimensión física –la atmósfera, la criósfera, el océano–, un segundo grupo se enfoca en la biodiversidad, por ejemplo, cómo esta responde al cambio climático, y una tercera dimensión es la biología molecular y microbiología”, agrega Leppe.
En la anterior expedición antártica se instalaron las primeras cuatro estaciones de la Red Latitudinal de Estaciones Multiparamétricas (Glaciar Unión, base Carvajal, base Yelcho y base Escudero). Estas estaciones miden factores como la temperatura, la humedad relativa o el albedo (radiación reflejada por una superficie). Se espera que para el año 2024 estén instaladas 21 estaciones en marcha blanca, las que al año 2025 estarían transmitiendo datos en tiempo real, como sucede con las cuatro ya instaladas.
Durante la expedición 2022-2023 se hará mantenimiento a esas cuatro estaciones de sensores, y se instalarán siete puntos nuevos en cabo Melville, punta Armonía, punta Spring, base Prat, base O’Higgins y base Gabriel González Videla. Además, durante el invierno se instalará en el refugio Boonen Rivera.
¿Qué son estos sensores y para qué sirven?
“La importancia del proyecto para dotar a la península Antártica de una red de sensores orientados latitudinalmente conectados con un cerebro en Punta Arenas consiste básicamente en medir los efectos de un fenómeno que tiene variadas expresiones físicas. Las estaciones van a medir muchos parámetros a través de sensores de alta complejidad que van a estar registrando y transmitiendo en tiempo real temperatura, presión y parámetros más complejos como albedo y radiación solar”, señala Leppe.
Esta gran cantidad de sensores ayudará a conocer mejor un continente del que se tienen muy pocos datos y que influye de manera muy potente en el clima mundial y particularmente en Chile, donde define gran parte de su actividad económica con la disponibilidad de agua, la precipitación en la cordillera de los Andes, la que provoca la acumulación de agua sólida y permite también una economía agraria. “Además, el desarrollo de la pesca está fuertemente condicionado por la interacción de la corriente circumpolar antártica, la corriente de Humboldt y la productividad primaria de nuestros océanos”, finaliza el director de INACH.
Oportunidades que más mujeres trabajen en la Antártica
En esta temporada se efectuó un llamado público para que 20 hombres y mujeres de todo Chile puedan trabajar como personal logístico en la Antártica durante la ECA. Se recibieron más de 4.000 currículos y ya la mayoría de los y las seleccionadas se encuentran en labores en el Continente Blanco.
Iva Vásquez llegó desde la isla de Robinson Crusoe, archipiélago de Juan Fernández, a desempeñar funciones como patrona de nave menor. Muy emocionada antes de emprender el viaje a Antártica la joven comentó que estaba «muy agradecida y afortunada de desempeñarme en este bello territorio. Cuando me llamaron para avisarme que había sido seleccionada estaba muy sorprendida. Tuve que entregar mi casa en Juan Fernández y decirle a mi familia que me venía para acá, todos muy felices por mí y todos en la isla me desearon lo mejor porque allá somos muy poquitos», comenta entre risas. De este nuevo viaje ella espera «aprender un montón, conocer, ser un aporte, cumplir con nuestro objetivo de apoyar a la investigación científica de Chile en Antártica».
Cristian Chau vive en Villa Alemana, región de Valparaíso, aunque es oriundo de Copiapó y durante la expedición cumplirá funciones de soldador. Se define a sí mismo como un enamorado de la Antártica y que ya había viajado en dos oportunidades como funcionario de la Armada de Chile. «Realmente la Antártica me deslumbra, me apasiona y siempre me llama a volver, me enamoré de su blancura, de su ambiente, el sistema que hay allá, la colaboración. Por lo que no lo pensé dos veces, postulé y afortunadamente quedé seleccionado. Mi especialidad son los trabajos en soldadura pero sé que en Antártica hay que hacer de todo y feliz vengo a apoyar en lo que se requiera en otras áreas», señaló.
Asimismo, en esta temporada están programados dos viajes de estudiantes ganadores de la Feria Antártica Escolar (FAE), los cuales visitarán la isla Rey Jorge y realizarán actividades en terreno junto a investigadores e investigadoras antárticas.