Emplazado en la intersección de las avenidas Brasil y Argentina, mirando hacia el mar, se ubica el centenario edificio que alberga a la casa central de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, el que acaba de ser restaurado en la fachada y en su interior. Caracterizado por tener un estilo ecléctico, con elementos decorativos de motivos florales, fue uno de los primeros inmuebles de hormigón armado del país y en 2003 fue declarado Monumento Histórico Nacional.
Más de 500 días duraron los trabajos de restauración de este tradicional edificio porteño ubicado en el corazón del barrio El Almendral de Valparaíso, el que es admirado todos los días por miles de personas que transitan por el sector. Este martes, en una ceremonia encabezada por el rector de la PUCV, Nelson Vásquez, y por el gobernador de Valparaíso, Rodrigo Mundaca, se inauguraron las obras -aprobadas por el Consejo de Monumentos Nacionales- que permitieron restaurar las fachadas exteriores y los patios interiores como también habilitar cinco salones, donde se efectúan actividades culturales y académicas al servicio de la comunidad.
“Para nuestra Institución es una alegría y satisfacción a través de un acto simbólico reconocer el esfuerzo que hizo el Gobierno Regional por financiar la restauración de nuestra Casa Central, un edificio patrimonial que tiene más de 94 años y ha albergado a numerosas generaciones de estudiantes y profesores. La restauración de este valioso inmueble es un regalo, no solo para la Universidad sino que también para la ciudad de Valparaíso y para la región. La Casa Central siempre ha estado abierta a la comunidad y continuará de ese modo”, expresó el rector Vásquez.
Por su parte, el gobernador Mundaca indicó que el proyecto comenzó a gestarse en 2020 y culminó en 2022: “Es una obra preciosa que se relaciona con destacar el valor patrimonial de la Casa Central. La PUCV es una institución señera, con más de 94 años y 19 mil estudiantes entre pregrado y postgrado. Su rol es insustituible y en esta Casa de Estudios se forman profesionales profundamente comprometidos con la región”.
Sobre las obras
La empresa constructora efectuó un meticuloso trabajo de restauración donde se repararon piezas ornamentales de la fachada y se ocuparon técnicas contemporáneas para dar vida a aquellos elementos que se utilizaban a principios del siglo XX, pero que con el paso del tiempo se fueron deteriorando. En el fondo, se buscó que la Casa Central quedara lo más parecido posible a cuando abrió sus puertas por primera vez en marzo de 1928.
La inversión fue de 2.800 millones de pesos y corresponden a recursos aprobados por el Gobierno Regional, lo que se complementó con el aporte de 600 millones de pesos por parte de la casa de estudios.
El jefe del Departamento de Proyectos de la PUCV, Juan Pavez, indicó que las obras fueron licitadas y adjudicadas a la empresa Restauración y Rehabilitación Kalam S.A. y se iniciaron en enero de 2021 con una duración de 530 días. “Trabajamos casi 5 mil metros de fachada, exteriores e interiores que enfrentaron un proceso de deterioro bastante importante. Avanzamos en la recuperación de maderas y techumbres, todas originales con raulí, piezas de puerta, ventanas, barandas, baldosas que estaban en mal estado, recuperando todas a su estado original”, agregó.
El proyecto consistió en la intervención restaurativa de las cuatro fachadas exteriores, patios interiores y mejoramiento de terminaciones del Salón de Honor, Salón Multipropósito y Salas V Centenario, Alberto Cruz y Emilio Tagle.
El techo se sometió a una cuidadosa desinfección de agentes xilófagos presentes en la madera y se repusieron los elementos en mal estado. Una vez recuperada la fachada, se armonizó el color exterior ocupando tecnología que puso en valor el tono original del edificio.
Se fabricaron e instalaron 413 ornamentos nuevos, cuyo proceso de elaboración se llevó a cabo en un taller de matricería habilitado para dicha tarea y se reintegraron 1.453 ornamentos, recuperando volumétricamente las piezas, respetando el principio de mantener la originalidad.
Las obras contaron con la participación total de más de 215 trabajadores, 26 artesanos y artesanas especializados, todos ellos de PYMES regionales, con un equipo técnico profesional de 18 personas, quienes custodiaron las normas y buenas prácticas internacionales de conservación y restauración.